La Inspección de Trabajo de Ceuta ha emitido un requerimiento en el que insta a la Gerencia Territorial de Justicia a subsanar en el plazo de una semana una serie de deficiencias gravísimas focalizadas en los juzgados de la calle Fernández. Unas deficiencias que no son nuevas, que causan el hartazgo no solo entre los funcionarios que prestan servicio en esta zona sino en la propia Inspección que ha puesto de manifiesto en cuantiosos informes lo insoportable de tener que seguir trabajando en esas condiciones.
Los requerimientos para que se adopten soluciones han sido constantes pero la situación sigue siendo la misma, de tal gravedad que repercute directamente en la seguridad para los funcionarios judiciales que no tienen por qué seguir prestando servicio de esa manera. La cuestión de fondo, se apunta en el requerimiento a cuyo contenido ha tenido acceso El Faro de Ceuta, es que “el local no se encuentra en condiciones idóneas para poder albergar unas oficinas administrativas, dado que tiene una serie de problemas estructurales que no pueden ser arreglados con reformas puntuales”. Las dependencias judiciales ocupan una planta baja de un edificio de por sí muy antiguo, en donde se canalizan bajantes y arquetas que generan humedades en techos y paredes. Hasta la fecha solo se han hecho parcheos ya que la única solución válida es un cambio de la estructura del edificio. “Por mucho que se pueda pintar o realizar alguna reforma puntual, el problema es endémico y permanente”, reprocha la Inspección. A las humedades se suman los malos olores y las plagas de cucarachas. “Los sucesivos requerimientos de esta Inspección solo son atendidos de forma parcial y puntual sin poder resolver el problema de fondo”.
Hay funcionarios que llevan soportando 7 años esta situación, personas que trabajan al lado de una pared llena de humedad por una bajante en mal estado, a menos de un metro de una silla giratoria dando la espalda a una cajeta eléctrica en riesgo por humedades, sufriendo los efectos de humedades con hongos, respirando de manera permanente un aire insalubre y húmedo. “Debería haber planteado ya limitar su prestación de servicios en su puesto de trabajo en esas condiciones”, llega a concretar la Inspección, que ampara legalmente esa posibilidad.
En el informe se constata el riesgo en que trabajan los funcionarios, amén de la existencia de goteras con cubos en el pasillo y olores insoportables debido a las arquetas por donde bajan aguas residuales. Así tienen que trabajar los funcionarios de estos juzgados, en una situación tremenda de la que se ha hecho eco en cuantiosas ocasiones CCOO-Justicia, reclamando que se adopten medidas urgentes. La Inspección de Trabajo está harta también de esta situación y deja claro que es una “obligación” el dotar de un ambiente laboral sin riesgos para unos trabajadores que ahora mismo están expuestos a todo tipo de accidentes.
El informe, con fecha 3 de junio, da un plazo de 7 días para que se subsanen las deficiencias ya que se volverá a girar otra visita para ver si se han cumplido las medidas cautelares impuestas que lleven a que al menos los funcionarios trabajen seguros. La Gerencia deberá justificar los trabajos llevados a cabo para garantizar unos arreglos permanentes, más allá de meros parcheos ya que no se puede seguir prestando servicio en las condiciones en que se encuentran estos juzgados.
La Inspección ordena además que se lleve a cabo una evaluación actualizada de los puestos de trabajo, calificándose el riesgo de tales puestos. “No podemos seguir con requerimientos parciales a lo que sigue por la Gerencia una actuación puntual. Está claro que este sistema no funciona. Hay que plantear la cuestión a la propiedad del inmueble que tiene sus obligaciones como arrendador”.