Inspección de Trabajo ha realizado un total de diez actuaciones en talleres clandestinos y chatarrerías en lo que va de año. El fraude en el empleo que se está produciendo en distintos talleres clandestinos de la ciudad ha sido denunciado por empresarios del sector, quienes han visto caer sus ingresos, en algunos casos hasta el 80 por ciento.
Por ende, esta caída ha provocado también una disminución en los beneficios e incluso que algunas empresas hayan cerrado sus cuentas con negativos, lo que se traduce en la pérdida de puestos de trabajo y en ocasiones en el cierre.
Tal y como publicó este medio, en la ciudad hay talleres legales que han tenido que aplicar una rebaja importante en sus precios para evitar que sus clientes se marchen a los talleres clandestinos o trabajadores ilegales, los típicos chapuzas. Estas rebajas han sido, en algunos casos, de 45 euros la hora a 12. Y es que los precios que establecen quienes forman parte de la economía sumergida son mucho más bajos que los de empresas o autónomos –porque los costes laborales son prácticamente nulos y la práctica mayoría de los ingresos son beneficios–, en ocasiones, incluso, se paga lo que el cliente estime oportuno.
Los mecánicos que tienen su documentación en regla y sus cuotas al día aseguran que esta situación es insostenible y que si se alarga en el tiempo afectará a más empresas y puestos de trabajo en la ciudad autónoma. No están en contra de que haya otras personas que realicen su trabajo, pero piden que se lleve a cabo de manera regular para poder competir legalmente.