Es la pescadilla que se muerde la cola. Solo horas después de que
la Guardia Civil irrumpiera en el puerto para trasladar a unos 50 inmigrantes hasta la nave del Tarajal para su filiación, decenas de estas personas volvían a acceder a la zona restringida. Lo hacían saltando los muros rodeados por concertinas, en las que uno de estos
jóvenes quedó enganchado hiriéndose aunque logró sortearlas y escapar, herido, hacia las escolleras. Esto se produjo en torno a las cuatro de la tarde, pero momentos antes varios grupos habían accedido ya al mismo lugar en el que antes se habían desplegado agentes del
Instituto Armado de varias unidades.
El recorrido que siguieron fue el de entregar a todas estas personas en el Tarajal para su filiación policial, sirviendo dicho trámite para reconocer la identidad de los magrebíes y tenerlas registradas de alguna manera. Después de ese trámite y ante la imposibilidad de devolverlos a Marruecos, vuelven a quedar en libertad sin existir un lugar en donde puedan permanecer. De hecho la Ciudad Autónoma tiene pensado disponer naves en el Tarajal para los adultos, pero antes tendrá que proceder al traslado de los menores a Piniers, en donde se va a hacer una diferencia de espacio covid y no covid.
Durante buena parte de la mañana y desde la madrugada, unidades de la USECIC procedieron a la interceptación y traslado de marroquíes aunque, horas después, buena parte de ellos regresaba al puerto habitando de nuevo las escolleras.
En este lugar se han producido ya varios enfrentamientos así como incendios provocados que han sido denunciados por la propia Autoridad Portuaria por el riesgo que conlleva.
A la ocupación del puerto se suma los intentos de llegar a los barcos ya que estas personas no hacen sino arrojarse al mar con ánimo de alcanzar alguno de los ferry que enlaza Ceuta con Algeciras de manera irregular, poniendo en riesgo sus propias vidas.