El Ministerio del Interior ha hecho balance de prácticamente lo que ha supuesto todo 2023 en materia de inmigración, tanto en lo que afecta a Ceuta como al resto del país. Son datos oficiales que recogen estadísticas solo de quienes llegaron (y no de todos) pero no menciona a quienes lo intentaron o fueron rechazados a pie de frontera y arenales.
La lectura que se puede hacer de esta balance migratorio no se asemeja a la realidad con la que se topan las fuerzas de seguridad y las entidades sociales en su día y a día con una presión temeraria sobre todo en los espigones que se ha traducido en gran número de muertes y desaparecidos.
Con datos recogidos de 1 de enero a 15 de diciembre, la caída de llegada de embarcaciones fue de casi un 52%, ya que en 2023 llegaron 60 personas en 16 de estas unidades mientras que en 2022 fueron 124 en 30.
Con esas estadísticas se etiqueta la presión marítima pero no se tiene en cuenta la que se registra bordeando también por mar el espigón que separa Benzú de Beliones o el del Tarajal. Esos intentos forman parte del apartado de entradas terrestres.
Según ese mismo informe, en 2023 fueron 1.045 las personas que llegaron por esa vía frente a las 1.082 de un año antes. La caída es del 3,4% y además de pases por el vallado de predominantemente la población subsahariana que llega a Ceuta por goteo también recoge la búsqueda de una entrada a nado que termina siendo la peor de las trampas.
Así se ha demostrado no solo con las muertes sino también con la cantidad de desaparecidos de los que nunca más se supo el paradero. Sus familias comunicaron la marcha pero nunca fueron rescatados.
Ha habido meses en los que la Guardia Civil ha contabilizado más de un millar de intentos de entrada a nado por el espigón. Son datos estimados porque se corresponde con una situación que se está dando al otro lado de la frontera, en otro país, pero que dice mucho de cuál es el alcance de la situación.
Sus protagonistas son marroquíes residentes en la zona norte, muchos de los cuales antes del cierre de la frontera accedían a Ceuta con pasaporte y ahora tienen vetado el tránsito si no disponen de visado.
En cuanto al balance global difundido por el Ministerio, computa en casi 53.000 los inmigrantes llegados a toda España por vía marítima y terrestre, en concreto 52.945, un 76,2% más que los 30.048 que llegaron al país en 2022.
Cifras que aumentan en general y que podrían ser superiores de no haberse producido actuaciones en el lado marroquí como las registradas en la noche de fin de año con la interceptación de más de mil personas en operativos llevados a cabo en zonas del norte como Rincón, Castillejos y Nador.
Fueron unidades del Ejército marroquí quienes en colaboración con las autoridades locales interceptaron a un total de 1.110 emigrantes que querían cruzar a España, en varias operaciones llevadas a cabo en las localidades norteñas fronterizas con las ciudades españolas de Ceuta y Melilla.
Estas operaciones fueron realizadas la noche del domingo al lunes por parte de efectivos del Ejército, las autoridades locales y las Fuerzas del Orden, en las que interceptaron y alejaron a grupos de emigrantes de estas zonas cercanas a las ciudades españolas, según un comunicado del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas Reales (FAR).
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