El informe quincenal del Ministerio de Interior relativo a la inmigración irregular 2020 recoge los datos de entradas correspondientes al acumulado del 1 de enero al 15 de julio. El total de inmigrantes llegados a España por vía marítima y terrestre ha sido de 9.043, mientras que en el mismo periodo de 2019 la cifra fue de 14.666, lo que se traduce en un descenso del 38,3% y de 5.623 personas. Solo por vía marítima fueron 7.700, nada que ver con los 11.688 que lo hicieron en 2019, al ser un 34,1% menos.
¿Y qué ha pasado en Ceuta? Las crónicas de inmigración publicadas ya se han encargado de dibujar cuál es el panorama real sin que el Ministerio de Interior tenga que verificarlo con estadísticas. El descenso ha sido evidente: un 75,5% de personas ha llegado a Ceuta por vía marítima, ya que en este 2020 se han registrado 66 mientras que en 2019 fueron 269. Estas llegadas se hicieron en 16 embarcaciones.
¿Y por vía terrestre? Los datos se ofrecen conjuntamente de Ceuta y Melilla, registrándose un descenso del 54,9% ya que mientras en 2020 han llegado 1.343 personas, el pasado año lo hicieron 2.978. En el caso exclusivo de Ceuta, han sido 179 las que han llegado bien por la valla o por la frontera, mientras que en 2019 fueron 570, es decir, un 68,6% menos de entradas.
Y todo esto tiene una explicación: porque la hambruna, los problemas políticos y las ganas de abandonar los países africanos persisten. Sigue habiendo dificultades graves y muchas penurias soportadas por subsaharianos y magrebíes, pero no llegan hasta Ceuta debido al blindaje ejercido por Marruecos en su territorio que imposibilita, por ejemplo, la llegada hasta la valla de Ceuta para intentar sortearla. Por vía marítima la presión también existe y a todo ello se suma el hecho de que desde marzo la frontera con Marruecos está cerrada y no hay posibilidad de entrada.