Inmaculada Elena Guil es una joven de Ceuta que con solo 18 años cuenta con una impresionante trayectoria en el mundo de la
música, en el que está forjando una carrera que dará mucho de qué hablar. Su magistral voz la hizo merecedora de
cantar en el acto de encendido del árbol de Navidad de la ciudad de Belén, colándose en los hogares de medio mundo con un villancico en español.
-En 2019 actuaste en el encendido del árbol de Belén, háblanos de aquella experiencia; ¿cómo surgió? -Vivía en Jerusalén porque mis padres estaban allí en el consulado español y surgió la oportunidad. Fue muy emocionante.
Canté justo cuando se encendió el árbol a la vez que se lanzaban los fuegos artificiales; fue una experiencia maravillosa y única. Estaba en casa con mi madre y nos llamaron para decirnos que había sido elegida para cantar en este evento. Fue algo que no olvidaré jamás. Tuvimos que trabajar mucho. Fue complicado por el tema, por ejemplo, político, por el tipo de mensaje que íbamos a transmitir, porque al ser Navidad quería que fuera de paz, pero era difícil por la situación del lugar y porque se iba a ver en todo el mundo por lo que elegir la canción nos costó bastante.
-¿Qué cantaste finalmente? -Al ser española, quería cantar algo que destacara la cultura de mi país en un evento tan relevante, así que canté ‘Campana sobre campana’ y ‘All I Want for Christmas Is You’ de Mariah Carey porque también quería dar un toque internacional que llegara a todo el mundo y los hiciera sentirse identificados con el evento.
-¿Cómo acogió el público el villancico español? -‘Campana sobre campana’ es una canción con un mensaje de paz y Navidad y, realmente, es bastante conocida. Al piano tenía a una chica que era armenia, Annie Aslanian, y se la sabía incluso. También canté, por cierto, con Vicente Marín Diez, profesor del Conservatorio de Belén y, actualmente, profesor en el Conservatorio de Ávila. Fue algo único, los músicos involucrados en este concierto éramos de todos los lugares del planeta y fue muy multicultural. Esto es muy emotivo como mensaje de Navidad: la música siempre te va a unir, da igual de donde seas. Algo que con el conflicto que hay en Oriente Medio con Israel y Palestina se ve en muchas orquestas, que mezclan personas de ambos lados que desean la paz. Creo que es precioso.
-Eres de Ceuta, pero llevas media vida fuera... -Empecé mi relación con la música cuando vivía en Ceuta. A los seis años comencé a tocar el violín en el Conservatorio a través de un programa experimental para que niños pequeños tomaran contacto con los instrumentos musicales pronto. Curiosamente, la mayoría de los que lo hicieron conmigo también se dedican aún a la música. A los 9 años me marché al Desierto del Sahara, donde seguí mi carrera de violinista, pero comencé con el canto. Hice muchos eventos con los saharauis y aprendí una cultura musical diferente como cantar las distintas cuerdas vocales con diferentes melodías.
Más tarde me trasladé a Inglaterra que fue donde realmente me descubrieron la voz. Fui becada por el Reino Unido en Sedbergh School y esto me abrió mucho a la música por la forma que tienen de estudiarla, su método es más libre. Posteriormente, me mudé a Jerusalén a vivir cuatro años, donde también me becaron para el Coro del Centro Yad Vashem, que es la institución oficial israelí constituida en memoria de las víctimas del Holocausto. Esto también fue muy enriquecedor, porque fui la primera cristiana que formaba parte de él y estando en esa comunidad fue muy interesante ver cómo perciben la música como canal para transmitir emociones.
-¿En qué momento de tu carrera te encuentras ahora? -Ahora estudio en Londres en Trinity Laban Conservatoire of Music and Dance, una de las mejores universidades del mundo para estudiar música. Mi profesora de ahora es Teresa Cahill, una gran diva que ha compartido escenario con figuras como Montserrat Caballé . Estoy muy contenta, ya llevo tres meses y la voz me ha cambiado mucho, porque, dependiendo de las técnicas de cada profesora, la cosa cambia. En Israel me saqué el diploma de voz de Vicenza por Italia y mi diploma por la academia israelí. Entonces tenía una profesora ucraniana, Svetlana Bendikov, y una italiana, Giuliana Mettin. Dependiendo de la cultura que tengan cantan de una forma distinta.
-¿Cómo te planteas el futuro? -Estoy perfilando nuevos proyectos que ojalá sigan adelante. Tengo en mente hacer colaboraciones con algunos artistas famosos del panorama español que no puedo aún desvelar pero que será muy interesante. Además, tengo proyectos de ópera en Inglaterra y algunos planes para España, porque aunque haya estado en distintos países, Ceuta es mi ciudad y no quiero dejar de estar conectada jamás a mi país.
-¿En que estilo te mueves a la hora de subirte a un escenario? -Mi carrera son los estudios vocales, ni es opera ni ningún estilo definitivo, porque uno de mis grandes planes es crear un nuevo género que fusione la ópera con la música actual.
-¿Quién es tu referente musical? -Eso es complicado de decir, porque siempre he escuchado todos los géneros. Pienso que definirse es cerrarse. En música hay que tener la mente abierta, experimentar, crear cosas nuevas, dar tus propios pasos y no seguir los de otros. Pero, por ejemplo me encanta C. Tangana, que ha fusionado bastantes géneros musicales en uno.
-Aparte de la música, ¿qué te gusta hacer? -Me gusta hacer de todo, no me cierro a nada. Si me dicen vamos a correr diez kilómetros yo voy aunque no pueda; me apunto a cualquier cosa. En el Sáhara hicimos ski por las dunas y jamás había ido a la nieve. Hay que vivir, que la vida es muy corta.
-¿Para cuándo un concierto en Ceuta? -Hablé con el conservatorio para poner algo en marcha y cuando se pueda vendré, sin ninguna duda, pero me gustaría que fuera una buena actuación y que tuviera un mensaje para dar, porque es mi ciudad y no voy a hacerlo de cualquier manera. Tengo muchas ganas, espero que sea muy pronto y que disfrutemos juntos.