El hombre detenido en la tarde del pasado sábado en posesión de 63 kilos de hachís, que intentaba transportar a la Península en una moto de agua, ha ingresado este domingo en prisión por orden de la autoridad judicial después de su traslado al Palacio de Justicia. Quien dice ser de Marruecos, sin que haya aportado una documentación que verifique su auténtica identidad, permanecerá en prisión preventiva a la espera de juicio por un delito contra la salud pública por el que se enfrenta a 4 años de prisión.
A este indocumentado, de 30 años, le detuvo la Guardia Civil cuando intentaba llevar a cabo un traslado de droga a bordo de una moto de agua sin matrícula preparada específicamente para ocultar la mercancía.
Cuando se procedió a su registro en el puerto deportivo, se encontraron hasta 63 kilos de hachís repartidos en distintos bloques. El abordaje se produjo a varias millas al noreste de Punta Almina y después de que el piloto intentara escapar de los agentes a pesar de que estos se identificaron y emitieron señales para que se detuviera. En el registro exhaustivo se encontraron los 63 kilos de polen de hachís que fueron trasladados al área de Sanidad para su análisis y entrega de informe judicial.
La intervención se enmarcó en los operativos llevados a cabo por el Instituto Armado para vetar el trasiego de drogas en embarcaciones que parten de Ceuta o de las costas marroquíes hacia la Península. Una vía marítima mucho más presionada debido al cierre de la frontera lo que lleva a canalizar la salida de la droga por esta autopista del Estrecho. Los pilotos de motos de agua o de lanchas lo dan todo por intentar llevar a buen puerto los pases, hasta el punto de enfrentarse a los componentes del Instituto Armado que intentan frenar los delitos.
Llegado el verano se ha detectado un aumento del empleo de motos de agua no solo para el tráfico de drogas sino también el de personas aprovechando la mayor presencia de otros vehículos acuáticos.