El Instituto de Gestión Sanitaria (Ingesa) ha hecho ya entrega a la Cruz Roja de un inventario completo de todo el material, mobiliario e instrumental sanitario y quirúrgico que quedó en el antiguo hospital las Balsas como paso previo a resolver la comisión liquidadora de cuentas entre ambos organismos, negociaciones que se están desarrollando a través de los servicios centrales de ambas partes, una vez que la administración sanitaria devolvió definitivamente el uso de las instalaciones a su propietario.
Además del material inventariado, Ingesa apuntará en la factura el coste de las obras de mejora así como las reformas que han debido realizarse en el edificio como consecuencia de su utilización. Entre estas actuaciones figuran por ejemplo las inversiones que la administración ha realizado en los paritorios, quirófanos y especialmente en el servicio de Urgencias, que se remodeló por completo hace unos ocho años, construyendo un edificio anexo.
De momento, ninguna de las partes se atreve a poner una cifra a la factura que en este caso debería asumir la institución humanitaria como receptora del edificio y sus instalaciones, que de hecho ya utiliza, aunque solo sea para aparcar los vehículos de transporte adaptado. Asimismo, Cruz Roja ha contratado un servicio de vigilancia del edificio para impedir y evitar la entrada de intrusos mientras se decide qué uso definitivo tendrá.
Y es que el futuro del inmueble está a expensas de que se conozcan los resultados del estudio patológico que se ha efectuado en el último mes a fin de conocer el estado de su estructura.Se han realizado catas en varios puntos distribuidos a lo largo de las seis plantas que se han enviado a un laboratorio. Este estudio es imprescindible, explican fuentes de la institución humanitaria, antes de que se desplacen aunque sea provisionalmente hasta el antiguo hospital algunos de los servicios que presta Cruz Roja, cursos o talleres o bien se determine cualquier otro uso, como su cesión a la iniciativa sanitaria privada, opción que parece más viable, ya que Cruz Roja pretende que el edificio sea utilizado para fines sociosanitarios.
Fue el actual director territorial de Ingesa quien a principios de febrero resolvió la entrega del clínico a su propietaria, un traspaso que comporta unas contraprestaciones económicas que habrán de resolverse en las fechas venideras. La deuda a la que ascendería la cantidad que tendría que abonar la institución humanitaria al Ingesa no fue revelada entonces, si bien fuentes de Ingesa aseguran que el proceso se está desarrollando con total cordialidad al tratarse de instituciones afines en principios y fundamentos.
La iniciativa sanitaria privada, la opción viable
Un grupo de médicos afincados en Ceuta elevó a principios de año una propuesta al Gobierno local para la reutilización del antiguo hospital de la Cruz Roja. Así lo confirmó entonces su portavoz, Guillermo Martínez. Y es que esta corporación médica, muy conocida en la ciudad, solicitó la colaboración del Ejecutivo de Juan Vivas para llevar sus negociaciones a buen puerto, si bien en aquel momento, el consejero de Fomento matizó que la Ciudad solo intervendríacuando se desbloquera el ‘conflicto’ entre Ingesa y Cruz Roja. El presidente ceutí, el propio Guillermo Martínez y el secretario general de Cruz Roja, Leopoldo Pérez, mantuvieron una reunión poco antes en la que se analizaron distintas soluciones para la reutilización del hospital, y sobre todo por el riesgo de grave deterioro del inmueble al estar en desuso.
La Ciudad siempre ha considerado que este equipamiento, por su estratégica situación en el centro de la ciudad, una vez que la mayor parte de los servicios sanitarios se ha desplazado al extrarradio, puede ser de gran utilidad, de ahí su apoyo expreso a que en el futuro sea puesto a disposición de la iniciativa privada.