Son el color, la alegría, la luz y la sonrisa de la Virgen de África. La Corte de Infantes de la Patrona de Ceuta la acompaña desde mediados del siglo XX. Este grupo de menores nació con una función muy concreta: aprender a rezarle a la Virgen de África.
En 1953 se constituyó formalmente la Corte de Infantes de Santa María de África, con el fin de llevar a los niños desde su más tierna edad al conocimiento y amor hacia la Virgen. Dependiente y tutelada por la Cofradía de África, desempeñó un importante papel en el movimiento mariano. A la Corte podían pertenecer todos los niños desde su nacimiento hasta los quince años de edad, siendo en el año 1967, cuando se dio entrada a las niñas como miembros de dicha asociación.
En el año 1968, a iniciativa del presidente de la Corte de Infantes, se llevó a cabo por vez primera la tradicional ofrenda de flores el día 4 de agosto ante la imagen de la Virgen, con la participación de centenares de niños, niñas y personas mayores con típicos trajes regionales sobre el estrado colocado en la calle.
Actualmente, desde la Cofradía se quiere potenciar, de nuevo, la participación de los niños en los cultos y en la devoción a la Virgen de África, la cual estará destinada a perpetuar y dirigir los destinos de la Cofradía.
Carmen Villarrubia, vocal de Cultos, es la encarga de que esa misión se cumpla. Una misión muy especial: darle a los niños un papel relevante dentro de la hermandad. Participar en la ofrenda de flores, acompañar a la Virgen durante la procesión y participar de su propia Misa el primer domingo de febrero. Sin embargo, para Carmen, esta tarea tiene una recompensa impagable. “La cara de los niños, la ilusión, sus sonrisas”, dice la vocal de Cultos con una sonrisa en la cara. Fuera de los micrófonos, Carmen se afana con los niños. Saca la ropa de la procesión, las cuida y se las pruebas. Jesús, Antonio o África son algunos de estos menores con cara de angelitos que se revisten de verde y blanco para acompañar a la Patrona el día de su procesión.
La indumentaria que visten se compone de una túnica blanca, con fajín y esclavina de raso verdes. En el cincuenta aniversario de la constitución de la Corte de Infantes se retomó el uso del bonete, que desde sus inicios completaba el atavío de sus miembros.
Los niños están nerviosos, hablan para nosotros y nos cuentan lo que esperan. “Salir en la procesión el día cinco”, cuenta Antonio, un pequeño con cara de travieso que cruza sus manos a la espalda como si fuera un frailecillo que recorre las naves del santuario.
África es una niña que viene desde Sevilla, cada año, para salir en la procesión de gloria junto a la Patrona. Una niña que participa con ilusión y que canta de corrido el Himno de la Virgen de África, una letanía que, sin duda, la acompañará en los recuerdos de su vida.
En la Cofradía de Santa María de África Coronada lo tienen muy claro. Hay que cuidar a los niños para que la hermandad siga floreciendo, para que el amor a la Virgen de África no se pierda, para que siempre haya quien le rece. Es la mayor preocupación: el futuro.
Estos niños entienden mucho de eso, porque ellos son los más cercanos a la Virgen, sus escogidos y preferidos, como una infantería de ángeles que la custodian con vivas que llegan hasta el cielo.
Refundación del Dulce Nombre de Jesús
Los infantes y la Cofradía de ‘La Pollinica’
Digna de reseñar es la relevancia de la Corte de Infantes en la historia de la Hermandad del Dulce Nombre de Jesús de Ceuta, conocida como ‘La Pollinica’. En 1954, tras un periodo de decadencia, la Corte de Infantes se encargó de la procesión de dicha Cofradía. Se aprueban los nuevos estatutos, en 1971, incorporándose la Virgen de la Palma.