Un día como hoy hace 40 años, la tensión se extendió desde Madrid al resto del país con el intento de golpe de Estado. Y la fuerte presencia militar en Ceuta puso a la ciudad autónoma en el punto de mira. “Hubo miedo, pero lo cierto es que no hubo ninguna movilización”, confirma José Antonio Alarcón, historiador y director del Instituto de Estudios Ceutíes. “Hubo cierto miedo porque Ceuta dependía entonces de la II Región Militar (Sevilla), y en aquel momento el capitán general era Pedro Merry Gordon, precisamente uno de los militares más integristas en las entrevistas que había mantenido Suárez antes”, explica Alarcón.
La noticia de que el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero había entrado a tiros en el Congreso tomó al periodista Ricardo Lacasa de improvisto, cuando volvía de pasar el día en Marruecos: “Ninguno de los que entonces estábamos en la radio podíamos sospechar eso. Lo que recuerdo es una llamada del director, José Solera, que me dice: ‘Vete corriendo para la radio”.
Después de 15 años trabajando en Radio Ceuta –luego Cadena SER–, Lacasa era jefe de Deportes y servía de apoyo en los programas informativos. Solera no quiso contarle lo que ocurría en la capital hasta que el periodista llegara a la redacción. “En realidad, todo fue teléfono; llamadas de la central de la SER, en Madrid, pidiendo más información –y teníamos muy poca–, de todos los medios nacionales y Andalucía”, rememora. “Ceuta interesaba mucho como plaza militar, entonces con más importancia que ahora”, añade Lacasa.
José Solera lo mandó al despacho del alcalde, Ricardo Muñoz Rodrigo –entonces cabeza de lista de UCD–, donde pasó “un par de horas”: “No concretaba nada, pero yo veía que en la sala de al lado se sucedían las llamadas. Yo vi al alcalde muy nervioso, muy entero, muy seguro, muy optimista de que tirara para delante el aborto del golpe”.
“En aquella época el comandante general y el delegado del Gobierno se reunían en la misma persona. En Ceuta estaba de comandante general Jorge Gerardo Mariñas”, aclara José Antonio Alarcón. Y Mariñas respondía ante Pedro Merry. Pero la noche de aquel 23 de febrero, relata el historiador, “había unas maniobras” y el delegado del Gobierno “dio la orden y las suspendió”. También “hizo que se acuartelaran” los miembros de las Fuerzas Armadas que solían salir a pasear por la tarde. “Y luego hizo un pequeño gesto de protección con la radio. Mandó un coche policial a proteger la Cadena SER, que era entonces la única emisora de radio que había en la ciudad”.
Lacasa recuerda bien la presencia del Cuerpo Nacional de Policía: “Se presentaron al poco del golpe, y estuvieron con nosotros casi 48 horas sin moverse de allí, con una tranquilidad tremenda. Incluso hicimos amistad con algunos porque nos acompañaron en todo momento, allí estuvieron noche y día allí en la emisora”. El periodista destaca que también se instalaron en el centro emisor de El Hacho y “la Guardia Civil estuvo patrullando por ahí”.
Desde Radio Ceuta trataron de contactar con distintos políticos, que apenas se pronunciaron, y con la Comandancia General sin mucho éxito.
José Antonio Alarcón vincula la inacción de las Fuerzas Armadas en Ceuta al papel de Merry Gordon: “Es evidente que desde la II Región Militar no hubo órdenes. Todo el mundo esperaba que Merry se sumara, pero no las da en ningún momento, entonces no hubo salida de las tropas a la calle”.
“Sabino Fernández Campo [secretario general de la Casa Real] llamó a Merry, con el que hablaron Sabino y el rey. Nunca se hicieron públicas esas conversaciones, pero sabemos que lo llamaron y Merry no se suma. Probablemente había sido uno de los comprometidos, era muy cercano a Milans del Bosch, y al final no quiso o no pudo”, asegura el historiador.
Aunque hubo quienes se marcharon a Marruecos aquella misma tarde después de enterarse del suceso, las calles de Ceuta permanecieron en calma hasta el día 28, cuando cerca de 1.500 personas se unieron a la manifestación contra el intento de golpe de Estado.
La misma tranquilidad con que se vivió el intento del golpe en las calles ceutíes la sintió el periodista Ricardo Lacasa: “Luego cuando pasan los días y lo analizas es, paradójicamente, cuando te viene la preocupación. Yo me imaginaba, o me quise imaginar para darme fuerzas a mí mismo, que aquello no iba a seguir para adelante. Y, afortunadamente así fue”.
Pero a Lacasa le causó una honda impresión la entrevista que mantuvo con el diputado por Ceuta Franscico Olivencia Ruiz, que vivió en persona la entrada de Tejero con sus disparos y amenazas y se lo contó. “Recuerdo que al hombre todavía le temblaba la voz cuando rememoraba todo aquello”, detalla.
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