Para nadie es novedad las numerosas deficiencias que, en ocasiones, han denunciado los funcionarios de Justicia del edificio Ceuta Center. A la ya de sobras conocida eterna avería de los ascensores, que ha dado un susto a más de uno ‘encerrándolo’ entre sus cuatro paredes, se suman otras carencias en forma de habitaciones habilitadas como improvisados archivos, mobiliario urbano cuyo estado deja mucho que desear en la imagen que deben ofrecer unas dependencias de Justicia o el ‘reciclaje’ de muebles procedentes de otras instancias judiciales y que ahora forman parte de los despachos de la Audiencia y Penales.
Otras veces la sinrazón entra en estas instalaciones y ni los propios trabajadores comprenden el motivo de la presencia algunas dependencias. Hace años se instaló una sala de reconocimiento en este edificio, pese a que Penales y Audiencia no son órganos instructores, sino de decisión. Tal vez en su momento se pensó que algún día podría ser de utilidad, o quizá que el Juzgado de Instrucción (órgano donde sí puede ser necesaria esta sala) pasaría a formar parte de las dependencias del Ceuta Center, pero lo cierto es que la sala en la que se deberían hacer ruedas de reconocimiento ha quedado para albergar cientos de archivos que han pasado a ser historia tras la entrada del papel cero en la Administración.
Tal vez las prisas por convertir lo que era una antigua cafetería, allá por los años 90, en una sede judicial derivó en una falta de planificación para establecer las necesidades de este estamento. La entonces ministra de Justicia, Margarita Mariscal de Gante, sería la encargada de inaugurar las dependencias en 1997 y las obras de transformación de la cafetería en los despachos del funcionario y de los magistrados se realizaron en tan solo 20 días. Hay quien aún recuerda que los mandos del aire acondicionado no eran auténticos y que su colocación seguramente respondió a dar un mayor aspecto de acabado a la precipitada obra.
Aunque para obra ineficaz, la de la ‘jaula’ de cristal que preside gran parte del espacio de las dependencias jurídicas. Planteada como una sala de juntas o videoconferencia, su uso ha pasado a ser totalmente distinto: un almacén de muebles y cajas que alguien olvidó un día allí y que nade parece querer recuperar.