La Organización Nacional de Derechos Humanos y Lucha contra la Corrupción ha denunciado la instalación de una cámara de vigilancia dentro del vestuario de menores de edad que practican fútbol en un complejo deportivo de la ciudad de Tánger.
La organización ha calificado el hecho, que afecta a menores entre los 14 y 17 años, como una "vergüenza" que atenta contra la dignidad del cuerpo humano y rompe con los valores fundamentales del deporte y la ética.
De acuerdo con lo comunicado, “el caso salió a la luz tras difundirse un vídeo que muestra la presencia de una cámara oculta en el vestuario, acompañado de un audio atribuido a un responsable del complejo deportivo, en el que este reconoce abiertamente haber activado la cámara en un espacio que, por su naturaleza, debe ser privado y seguro”.
Para la Organización Nacional de Derechos Humanos y Lucha contra la Corrupción esto representa “una violación flagrante del artículo 24 de la Constitución marroquí, que garantiza el derecho a la protección de la vida privada”.
Asimismo, es una infracción del artículo 447 del Código Penal marroquí, “que penaliza la grabación o filmación de personas sin su consentimiento, especialmente en espacios que deben ofrecer la máxima intimidad, como los vestuarios”.
Piden que se abra una investigación
Ante lo ocurrido, la organización ha sido tajante al exigir que se abra inmediatamente investigación supervisada por la fiscalía, a lo que se suma la petición de que se haga el vaciado de las grabaciones por parte de la policía científica y técnica.
A esto debe seguirle la identificación de responsabilidades penales y administrativas, tanto por la acción directa como por posibles omisiones o negligencias.
La Organización Nacional de Derechos Humanos y Lucha contra la Corrupción ha expresado su profunda preocupación por las consecuencias psicológicas que este hecho podría tener sobre las menores afectadas.
“Grabar a niñas en momentos de desnudez constituye una forma de violencia simbólica y una especie de violación moral”, han recalcado.
Es por ello que han pedido que a las menores se les proporcione apoyo psicológico y médico urgente, además de una disculpa oficial por parte de la institución que gestiona el complejo.
Asimismo, la organización ha criticado duramente los intentos de justificar la presencia de la cámara por motivos de “seguridad”, asegurando que estos argumentos son “frágiles y absolutamente inaceptables frente a una violación tan grave de la dignidad física y humana de las menores”.
En este sentido, ha dejado claro que la protección de bienes no puede anteponerse a la privacidad corporal, especialmente tratándose de niñas.
No es un caso aislado
Para cerrar, la organización ha insistido en que lo sucedido “no es un caso aislado ni un error puntual, sino el reflejo de una falla institucional profunda y de la ausencia de una verdadera cultura de protección a la infancia en algunos entornos deportivos”.
Además, ha lanzado una advertencia sobre el riesgo creciente de que el deporte femenino pase de ser un espacio de empoderamiento a un entorno vulnerable a graves abusos, al tiempo de exigir la suspensión inmediata de los responsables de la gestión del complejo deportivo mientras se lleva a cabo la investigación.
Igualmente, han hecho un llamamiento a tomar medidas urgentes y permanentes para evitar que hechos semejantes se repitan. Han subrayado que es necesario restablecer la confianza de las familias en las instituciones deportivas públicas y reafirmar que los vestuarios no deben ser espacios donde se viole la dignidad, “sino refugios protegidos por la ley y por la conciencia ética colectiva”.