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Las cámaras de vigilancia de un negocio contiguo lograron captar el rostro del principal sospechoso
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De madrugada, se prendió el mobiliario de la cafetería guardado tras las rejas
Los empresarios de la Galería Apolo abrieron ayer sus negocios alarmados por el fuego desatado, de madrugada, dentro de este céntrico espacio comercial. Uno o más individuos intentaron, sobre las 5.08 de la mañana, incendiar este corredor con intenciones que aún se desconocen, aunque el móvil que cobra fuerza sería el robo, la venganza o el vandalismo, según los primeros datos proporcionados a la Policía Nacional, que desde ayer investiga el caso.
Los comerciantes explicaron que el sistema de videovigilancia de un establecimiento contiguo logró captar el rostro del principal sospechoso, un adulto de entre 40 y 50 años con camisa, vaqueros y zapatos de vestir que merodeaba a esa hora la entrada de la galería. Al cierre de esta edición aún no se había producido detención alguna a pesar de que el presunto autor sería identificable. Las personas que pudieron visionar la filmación de seguridad concluyeron que ese hombre podría guardar algo en el bolsillo cuando se paró ante la reja.
Quien está detrás de la autoría prendió un parterre de madera y las sombrillas de la terraza de la Cafetería Apolo introduciendo un objeto incandescente –probablemente con alguna sustancia inflamable dada la rapidez de la combustión, en unos cinco minutos– a través de la reja que protege el paso durante el horario de inactividad. Las llamas abrasaron parte de este mobiliario y arrasaron con el techo de la galería que, a última hora de ayer, recuperaba el alumbrado en la zona común. La temperatura que se alcanzó fue tan alta que el cristal de un local vacío, justo donde tuvo origen el fuego, acabó reventando.
Los negocios instalados en este espacio comercial se vieron afectados por el fuego. En ‘Irene’, el humo y el hollín estropearon el textil ya que penetró en el almacén de la buhardilla por una rejilla calcinada e, incluso, derritió algunas de las perchas. Además, el sistema de ventilación, añadieron sus responsables, dejó de funcionar. Por su parte, la tienda ‘Oh la lá! se llenó de humo con la mercancía que les acababa de llegar. La Cafetería Apolo perdió el mobiliario que devoraron las llamas. Sus propietarios estuvieron ayer en contacto con sus respectivos seguros y, durante la mañana, a la espera de los peritos que evaluasen las pérdidas. “Podría haber sido nuestra ruina”, lamentaron los presentes.
El Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) acudió al lugar tras recibir el aviso del 112, sofocó el fuego empleando 500 litros de agua y evitó así que los daños fuesen mayores. Hasta la calle González de la Vega se desplazaron tres vehículos de Bomberos y diez efectivos. Como informaron desde el Parque, a su llegada, policías nacionales del 091 ya habían conseguido bajar la carga del incendio con un extintor. La Policía Local también se personó en el lugar de los hechos.
Fueron numerosos los viandantes que ayer se solidarizaron con los empresarios perjudicados. Otros reaccionaron incrédulos ante el incidente. Como comentaron en las conversaciones que se formaron a la entrada de la zona común, “los ciudadanos sabemos que están pasando muchas cosas y muy continuadas”, como apuntó Paqui Vega, de ‘Irene’. Los empresarios coincidieron en que es necesaria una mayor presencia policial. “El lunes fue el atraco en un salón de juegos; el otro día un disparo en la curva del Plátano y hoy –por ayer– aquí en la Galería Apolo... Va a tener que pasar una desgracia muy grande para que las autoridades tomen cartas en el asunto”, indicó Luis Gil, de ‘Oh la lá!’.