Improvisación y caída libre

El ejercicio del poder y la representación de aquellos que se encuentran en el lado que tienen que controlar al gobierno municipal no se puede decir que presente patrones originales y edificantes hacia la causa común de la sostenibilidad. Uno desearía conformarse una idea diferente de estos partidos políticos de gobierno y oposición porque fueran al menos, una fuente vivificante de acogida a la participación pública. Alguna excepción se está empezando a destacar en el seno del partido MDyC que fiel a sus siglas reivindica que se escuche a los diferentes colectivos de ciudadanos que pueden o tienen algo que decir antes de que se tomen muchas decisiones de gobierno y gestión municipal. Así lo expresó claramente MDyC en relación a su negativa de apoyar la cuestión de crear arrecifes artificiales para “regenerar” los fondos marinos sin escuchar a las asociaciones con opinión al respecto. También es de agradecer las inteligentes sospechas de despilfarro institucional que la líder del mencionado partido hizo públicas en relación a la millonada que se le quiere trasferir a TRAGSA para obras en el litoral de Ceuta. Es un partido que se está posicionando claramente contra el malgasto institucional y que parece que desea profundizar en las relaciones con la sociedad civil y bien podría erigirse en una gran plataforma ciudadana, desde nuestra columna de opinión la animamos a que sea capaz de dar el paso hacia delante e incluir colectivos activos y participativos en sus filas de cara a las nuevas elecciones. Nuestro deseo también incluye la transformación de todos los demás partidos políticos en animadores de la participación y del hecho democrático pero no vemos señales que indiquen que los aparatos del resto de partidos estén dispuestos a abrir sus puertas y compartir el poder y la corresponsabilidad con el resto del pueblo de Ceuta. Volviendo a los dispendios y a las ideas poco maduradas, cabría preguntarse cómo un partido como el PSOE de Ceuta está en continua improvisación en cuestiones ambientales y especialmente cuando se trata del medio marino y el litoral. Un partido que tiene en sus filas alguna personalidad histórica de gran relevancia en el buceo de nuestro país ha estado haciendo caso omiso a un espacio único como es nuestra costa y su mar. Experiencias pasadas, tanto en Ceuta como fuera, muestran la conveniencia de ordenar y planificar previamente para poder intervenir donde la cuestión se necesite. De repente, hablar de regenerar los fondos marinos en una zona especialmente rica en número de especies y también en productividad dentro del entorno mediterráneo, suena claramente improvisado y mal informado, propio de un partido en caída libre. La cercanía que ofrece el pequeño marco urbano de Ceuta permite proximidades personales a pequeña escala más difíciles en otras urbes de mayor tamaño y por lo tanto el Grupo Parlamentario Socialista tan preocupado por esos “buceadores huérfanos de fondos marinos repentinamente empobrecidos y tan despreocupado a la vez por todas las demás cuestiones litorales incluidas las algas invasoras y sus consecuencias ecológicas” podría acaso preguntar a quienes conocen personalmente para quizá tener una ponderación de opiniones entre científicos, buceadores y amantes del mar ceutí en general. La cuestión de las prioridades económicas, sociales y ecológicas es siempre una fuente de conflictos entre la sociedad civil informada y el electoralismo político. En cualquier caso, nos ponemos a disposición del líder del mencionado partido en Ceuta y de cualquier otro líder o miembro de otros partidos que les parezca oportuno escuchar nuestra opinión. Tenemos suficiente información para mostrar nuestra preocupación justamente por la ausencia de planificación y ordenación del litoral y de los espacios protegidos de nuestra ciudad, cuestión que consideramos previa a cualquier idea de intervención económica por muy descabellada o acertada que esta pudiera ser. De la misma forma, una guía de buceo presentada en FITUR, floja de contenido, sin consenso con el sector y además con la ausencia de una mínima política de coordinación municipal para desarrollar el buceo que se está hundiendo, entre otras razones, también por la codiciosa gestión privada de un espacio construido con los impuestos públicos. Mientras tanto el propio alcalde sonríe cínicamente a todos diciendo que Ceuta es bonita y marinera y lleva a la afamada feria de turismo el producto inapropiado nacido de las influencias narcisistas del partido en el poder ejercida por advenedizos impulsados de última hora en la política local. Claro que en cuestiones de cinismo político y rienzismo (alusión al populismo medieval desatado por Nicola di Lorenzo mejor conocido como Cola di Rienzi) hay burócratas municipales insuperables. Los actos del mencionado advenedizo político populista romano son bien antiguos (1313-1354) pero no dejan de ser actos de una modernidad de pensamiento de la mente del comienzo del hombre prometeico tan al uso hoy en día según Peter Sloterdijk. Así, nuestro particular populista ceutí, el alcalde Vivas, muy derechoso, de derechas o incluso de centro-derecha según sople poniente, levante o vendaval está empeñado en ofrecer un resultón sedimento a las playas que aquel que resultó del fiasco de dragar fondos marinos de alto valor ecológico. Una metedura de pata sin importancia que como todo lo que hacen mal él y sus seguidores queda en el ámbito de lo indemandable por ser autoexculpado, si bien en este estúpido fracaso, uno más para el archivo de los atentados sin sentido contra el medio marino local, no estaba solo sino en coalición con el partido socialista de entonces. Cuatro millones de euros han comprometido con el litoral ceutí la actual ministra de medioambiente de España. Con tal de financiar a la insostenible TRAGSA supongo que se pueden acometer muchas cosas innecesarias y hartamente inoportunas. Traer arena rubia de los Caños de Meca a Ceuta es una de estas acometidas con el único sentido de agradar al alcalde en su delirio personal de las playas. Otras industrias atribuibles al sistema también existen al albur de los numerosos escándalos de apropiamiento indebido de fondos públicos por parte de variados políticos en ejercicio de nuestro vasto país. Conviene aclarar que los propios y muy desarrollistas técnicos ministeriales, que proponen el nefasto dragado del fondo marino, en su mayor parte ingenieros de los de antes, desaconsejan traer esta arena rubia para la bonita, pequeñita y marinera ciudad. Pero el alcalde más votado de las Españas piensa que puede tener un capricho renziano, el que tanto ha hecho por este pueblo ingrato, y se lanza con delirio al vacío de la realización solo posible forzando a la tenaz realidad a asumir sus caprichos que emanan de su populismo emotivo hacia Ceuta. La buena noticia es que no parece que se acometerán destrozos en otras zonas del litoral de la bahía sur, es decir en el litoral protegido. Nuestra posición es por otra parte bien conocida, sobre otro modelo posible de litoral, dónde se haga compatible una visión cultural y natural del medio costero y marino en acuerdo con la conservación y preservación de hitos y entornos especiales. Sin bien todo los escrito, uno se pregunta como es posible que a pesar de la crisis económica y social que se está viviendo y de todo lo que resta por acometer en políticas de sostenibilidad ambiental o cultural, estos señores de la política profesionalizada continúen perpetuando su manera de actuación irresponsable. El caso de Rienzi podría ser un buena aunque lejana advertencia al señor Alcalde que unos gastos tan importantes con tan escaso reparto en la ciudad no parecen la mejor forma de ganar adeptos a su causa, por muy delirante que nos parezca a nosotros. El provincialismo pedigüeño que ejerce en Madrid no casa bien con los elevadísimos sueldos del ayuntamiento, criticados ampliamente, ni con la falta de inversiones reales en el desarrollo económico de Ceuta; ni siquiera tiene un modelo de ciudad distinto al de la eterna subvención. Estos dispendios tan ostentosos de muchos cientos de miles de euros en playas son innecesarios y pueden elevar la protesta ya de por sí airada en ocasiones en muchos sectores sociales ceutíes y terminar con manifestaciones poco amistosas. Si todas estas inversiones no van a servir para mitigar problemas socioeconómicos en Ceuta ni van dirigidos a crear ningún tejido productivo, no debería extrañarle una oleada de protestas sistemáticas en contra de estos dispendios. Cada vez tenemos más la sensación de que desde el ayuntamiento se está viviendo de espaldas a la realidad ceutí y esto, tarde o temprano, algunos lo pagarán caro.