La unión/integración del puerto en la ciudad se vende como una aspiración, un proyecto en el que se va a trabajar. Mucho se tendrá que hacer para eliminar la cantidad de barreras levantadas por la Autoridad que han terminado por convertir el puerto de todos en algo extraño. Primero se blindó el muelle de España, siendo imposible acceder salvo que cuentes con autorización. Todo un reto porque siempre habrá instancia sobre instancia para obtener el beneplácito. Así, la llegada de barcos que llamaban la atención se han tenido que visionar a la distancia, sin permitirse, como se hacía antiguamente, que los padres se acercaran con sus hijos a ver esos ‘monstruos marinos’ más de cerca. Todo aquello se perdió como también el encanto de una zona portuaria que se ha transformado en un muro con la excusa de la inmigración. La zona restringida sigue siendo un coladero mientras que la avenida portuaria se ha convertido en un bloque sin encanto, que impacta -y lo hace para mal- a todo aquel que visita la ciudad. A los muros más altos se sumaron las concertinas retiradas de la frontera y las planchas de metal, afeando la primera imagen que tiene cualquier ciudadano que desembarca y anulando cualquier encanto que antes tenía pasear por la avenida portuaria, salvo que se acuda directo a alguno de sus espacios comerciales.
Se cargaron el puerto como también la zona del muelle pesquero, que ya parece un búnker entregado a la Guardia Civil, o el de Alfau, con accesos imposibles y rodeado de muros y concertinas.
Se quiere integrar el puerto en la ciudad, se quiere calar en la ciudadanía un concepto social de cercanía, pero lo único que se ha hecho es asemejarlo al perímetro fronterizo y fortalecer la idea de Ceuta como una frontera, la misma que repudia la propia Autoridad.
Eso sí, todo esto se dice con mucha poesía. Tanta que el presidente del Puerto, Juan Manuel Doncel, parecía haber heredado las salidas del alcalde quien, sí o sí, tiene que matizar sus discursos con su incansable ciudad marinera.
No se ha hecho nada por favorecer que el puerto tenga una imagen más integrada en la ciudad. Quizá ahora, vía convenio, nos vendan la moto de que se avanzará en ello. Siempre habrá un buen grupo de trabajo para conseguirlo. Seguro.