La imagen de una ciudad dice mucho. Es su tarjeta de presentación no solo ante los turistas sino ante sus propios ciudadanos. Tener una ciudad digna en apariencia es incluso importante para el ánimo colectivo, ese que hace más fuerte a una sociedad. Ceuta no pasa por sus mejores momentos. Se puede mentir y decir lo contrario o se puede dar una vuelta para comprobar lo dejada que está en todos los aspectos. Es una imagen de degradación que se ha ido produciendo poco a poco por el abandono o por la falta de control sobre la eficiencia de los servicios municipales. Y en esto tiene mucha culpa la Ciudad, en el escaso control que se tiene sobre la rentabilidad de los servicios que pagamos todos.
Sobre la falta de limpieza nos hemos pronunciado en muchas ocasiones. No es ya la basura sino el estado de las calles, de las aceras en donde como muchos dicen con la ironía propia eso de que “te puedes quedar pegado”. El grado de incivismo tiene mucho que ver pero también la nulidad de los supuestos controladores que no verifican si las zonas por donde supuestamente se ha limpiado lucen como se debiera. Cualquier ciudadano puede comprobar cómo tras pasar los operarios por su barrio, no se ha limpiado como se debe.
A la falta de limpieza en general se suma la escasa e incluso nula verificación del estado en sí de las infraestructuras de barrios y de la zona centro. Podemos encontrarnos con barriadas en donde sus vecinos están hartos de reclamar mejoras. A estas alturas es indignante que se soliciten cosas básicas y que se celebre su colocación por parte de la Ciudad como un logro político. Hemos llegado a asistir a inauguraciones de marquesinas de autobús.
Debería provocar vergüenza que se venda como logro un derecho asentado en cualquier territorio menos aquí.
El aspecto que ofrece la ciudad para el presupuesto que se maneja no es el adecuado. Antes de intentar vender aspiraciones habría que mirar lo doméstico y comprobar que hemos hecho nuestros deberes, los de andar por casa, para después buscar ser un ejemplo ante el exterior.