Los atascos en el entorno de la frontera del Tarajal constituyen una problemática que se repite, a diario, desde hace meses lo que está provocando un desgaste entre las fuerzas de seguridad con competencia en la zona. El intento de las porteadoras por pasar la mercancía por el tubo con bultos de grandes dimensiones y el veto que sobre las mismas está llevando a cabo la Policía Nacional termina generando tapones, caos y un bloqueo absoluto en el tránsito hacia Marruecos. Ya ‘El Faro’ denunció esta situación el pasado año, cuando los altercados comenzaban. Y ya este asunto fue abordado en una reunión celebrada, también el pasado año, en la Delegación del Gobierno dejó claro que iba a prevalecer los intentos por evitar cualquier tragedia dentro del tubo -por el intento de pase de mercancías- sobre las quejas de los comerciantes del Tarajal que lamentaban las trabas impuestas.
Los líos fronterizos persisten y se repiten a diario, traduciéndose en la generación de largas colas o en el colapso del tránsito hacia Marruecos. Unos líos que, en algunos casos, se producen por los cruces de competencias o por la intromisión de una fuerza de seguridad en asuntos ajenos. ¿El resultado?: “Alguien le está haciendo el trabajo a Marruecos”, sentencia un agente a pie de frontera.
La Asociación Unificada de Guardias Civiles -AUGC- va más allá y retoma las críticas que en su día hizo públicas temiendo lo que ahora se produce. “Cada cuerpo de seguridad tiene sus competencias. Y la Guardia Civil sabe perfectamente lo que tiene que hacer y lo hace. La mercancía es libre y tiene que salir hacia Marruecos sin que desde aquí la controlemos. Por esa regla de tres, al igual que se está controlando a los porteadores impidiéndoles que salgan ¿por qué no lo hacen con quienes marchan con las compras de rebajas que hacen en el centro o con los vehículos?”, denuncia la asociación apuntando directamente a los controles llevados a cabo por la Policía Nacional sobre la mercancía. “Estamos hablando de personas en tránsito, con sus bolsas, que se les tiene que permitir ir a Marruecos, al igual que ocurre a la inversa”, apostilla. “Para que los ciudadanos lo entiendan, los guardias civiles respetan los derechos constitucionales de todos los ciudadanos, incluidos los extranjeros. La función de la Guardia Civil es controlar la salida y entrada de mercancías, si un ciudadano marroquí sale de Ceuta hacia Marruecos, el primer control que existe es el de la Guardia Civil. Si lleva una manta o una bolsa en cada mano, no tenemos cobertura legal para impedir que las saque. Distinto es que cuando llega al segundo control, de la Policía Nacional, éstos encuentren cualquier objeción a su paso, como también distinto es que las autoridades marroquíes le prohíban el paso a estas personas y no lo hagan a un ciudadano marroquí que regresa con su coche con compras hechas en Zara, Cortefiel... llevando el maletero lleno de compras. Nosotros respetamos el derecho de todos”.
AUGC deja claro que si la Benemérita no se mete en competencias ajenas, por parte de otros Cuerpos tampoco debe hacerse, ni mucho menos lanzar acusaciones, “porque aquí todos trabajamos, tanto unos como otros”, matiza, criticando las visiones parciales de una problemática que a algunos les interese difundir.
La asociación alude a la existencia de los foros adecuados para abordar la competencia de cada fuerza de seguridad evitando que las situaciones de colapso que se están produciendo en el entorno fronterizo vayan a más o empeoren por el cruce de funciones o porque “no se tenga claro lo que corresponde a cada uno”.
Ya en su día, cuando este medio denunció las situaciones de colapso y tercermundismo registradas en el paso, la Policía Nacional dejó claro que la actuación de esta fuerza de seguridad en la frontera la desarrollaba como extensión a la labor que presta en el Biutz, controlando así el flujo de porteadores que intenta trasladar la mercancía por el tubo al cerrarse el paso abierto en el polígono.
El hecho es que el caos se ha adueñado de la zona provocado por un compendio de actores con mayor o menor influencia según el momento: la presión marroquí y los conflictos aduaneros existentes desde el cambio ordenado de varios agentes por presuntas corruptelas; la indefinición de las competencias de las fuerzas de seguridad alteradas ante los vetos en el tránsito de la mercancía impuestos por la Policía Nacional; y el incremento notable en el volumen de los bultos y en la cantidad que intentan ser trasladados a Marruecos una vez ha finalizado el horario del Biutz usando el paso fronterizo por las tardes.