Tras enterrar el hacha de guerra, la Protectora ha reanudado el traslado de perros a otros países más avanzados en la concienciación de respeto a los animales. En Holanda ya están los primeros afortunados: Gandalf, Tina, Frodo y Lila, que se encontraban en la Protectora; además de Coco y Negrita, dos perros que estuvieron abandonados en el Hacho y que tras ser recogidos por vecinos de la zona han conseguido estar en este grupo de acogida. Esa es la línea que quiere seguir la Protectora, que funciona gracias a la colaboración de aquellas personas que han puesto dinero para poder financiar este viaje.
Los perros fueron trasladados primero desde Ceuta hasta Torremolinos, en donde la comitiva que partió desde la ciudad autónoma había quedado con la holandesa Gera, encargada de acogerlos. Al día siguiente los perros partían en jaulas hacia Holanda en donde la fundación encargada de facilitarles la adopción se ha encargado de su destino, informando puntualmente a la Protectora del futuro de los canes. El caniche Coco, que a punto estuvo de morir atropellado en varias ocasiones en San Antonio, se llama ahora Davy, y ha sido acogido por una familia holandesa. Lo mismo ha sucedido con Lila, una perra de la protectora, que también fue acogida por una familia. En el caso de Negrita, a la que ahora llaman Amber, se la saca a pasear asiduamente habiendo aprendido a socializarse con el uso de la correa. Esta perra fue recuperada del monte por una vecina de San Antonio después de verla junto a su madre rebuscando en las basuras. En breve se espera que su progenitora también salga de la ciudad ya que ahora está siendo tratada de una lesión que sufrió en una de las patas, lo que le provocó una infección. El desinterés mostrado por quienes le rescataron del monte ha salvado su vida. Gandalf, Tina y Frodo esperan en Holanda una adopción rápida, algo que la fundación espera que sea inminente. En el monte y en la Protectora más animales esperan para buscar al otro lado del Estrecho la acogida con un ‘Ik hou van je’ (te quiero, Holanda).
4 historias que tienen un final
1 - Coco. Este caniche ha estado más de dos meses en la casa de unos voluntarios de la Protectora, que se han encargado de cuidarle hasta que se ha procedido a su traslado a Holanda. Hoy tiene un final feliz ya que en varias ocasiones estuvo a punto de morir atropellado en el Hacho y fue atacado por otros canes que merodean por los montes después de ser abandonados por sus dueños. En las fotos Coco en la calle y ahora en Holanda.
2 - Negrita. Durante varios meses se dedicaba a merodear por el Hacho, comiendo en los contenedores y evitando, al igual que Coco, un atropello seguro. Iba siempre acompañada de otra perra, su madre, hasta que ésta tuvo un accidente. Una vecina de San Antonio las recogió y las ha estado cuidando en su patio. Si no hubiera llevado a cabo esta desinteresada acción hoy al menos una de ellas estaría muerta, ya que fruto de la fisura que sufrió en una pata tuvo una infección. Ahora Negrita ha cambiado los contenedores y el monte por Holanda, en donde ya le han enseñado a acostumbrarse a dar paseos con correa y se le está socializando para facilitar su adopción. A finales de mes la Protectora se comprometió a intentar trasladar a su madre, una vez que se cure de las heridas. En la imagen, Negrita en Holanda.
3 - Traslado en jaulas. Los seis perros fueron trasladados de Ceuta a Torremolinos y desde allí a Holanda en avión, haciendo uso de varias jaulas. Ahora se encuentran en Holanda y varios perros del grupo de seis ya han sido acogidos, el resto lo será en breve. La fundación que los ha acogido dispone de página web http://www.hondenvanceuta.nl en la que se puede apreciar el trabajo que realiza con los animales.
4 - La línea a seguir. Para el traslado de los perros a Holanda ha sido necesario contar con la ayuda económica desinteresada de quienes han aportado dinero para poder sufragar los gastos. En la web de la Protectora se difundirá toda la información de lo que ha costado llevar a cabo el traslado de los perros y la cantidad económica puesta por cada uno en aras a la transparencia.