Las II Jornadas de Rescate Vertical de Bomberos en Ceuta han comenzado este viernes con diez equipos que se enfrentarán a pruebas arriesgadas con el objetivo de reforzar sus conocimientos.
La recepción de los 120 participantes ha tenido lugar en Algeciras, a donde los equipos de rescate han llegado para poder embarcar posteriormente el barco de las dos de la tarde, ese en el que se realizaría la prueba más importante en la borda superior.
Este arriesgado ejercicio en el barco ha sido novedad este año, convirtiéndose en una prueba única al ser celebrada por primera vez en todo el mundo.
Una vez llegados a Algeciras, Iván García, coordinador de la jornada, ha dado la bienvenida a los equipos llegados desde Granada, Bizcaia, Jaén, Albacete, Córdoba, Canarias, Linares, Segovia y Oslo.
García ha confesado que la prueba del barco era una completa sorpresa para los participantes.
Según el coordinador de la jornada, las expectativas son altas y esperan poder cumplirlas todas. Y si no ocurre, siempre hay posibilidades para solventar errores, como ya hicieron con los pequeños inconvenientes del pasado año.
Son diez equipos los que participarán en las pruebas previstas para hoy y mañana, y un onceavo llegado de Segovia se limitará a observar para absorber conocimientos de sus compañeros.
“Somos una familia, todos amantes de la profesión con el objetivo de mejorar profesionalmente”, ha declarado García.
Este año las jornadas se han reducido a cinco escenarios, esto, en palabras de García, “porque vimos que seis eran demasiados e íbamos corriendo de un sitio para otro, este año pretendemos que los disfruten más”.
Estos ejercicios están enfocados a la ciudad, los escenarios serán peatonales, por lo que se verán por las calles a los bomberos, además de con su uniforme, con todo el material necesario para la ocasión (cuerdas, camillas…).
La segunda jornada será este sábado. Comenzará a las 9:00 horas y se desarrollará hasta las 19:00 horas en cinco escenarios distintos de la ciudad, puente del Chorrillo, la jaula de la Gran Vía, Baluarte de los Mallorquines, Puente Cristo y Mirador de Isabel II.
García ha aclarado que estas jornadas son meramente formativas, “se ha eliminado la palabra competición para disfrutarlas un poquito más, aunque al final siempre sale esa vena de querer hacerlo más rápido.”
Los participantes, una vez terminadas estas jornadas verticales, aprovecharán su estancia en la ciudad para disfrutar unos días más de Ceuta, de sus rincones, de su gastronomía, de su gente.
Este año, como novedad, además de esta prueba única, también han contado con un equipo internacional llegado de Dublín.
Entre los venidos de Dublín se encontraba un ceutí que se mudó a una edad temprana. Su nombre es Juan O’ Rew Cuéllar y espera pasarlo muy bien en su ciudad natal, además de encontrar una pruebas competitivas.
Este equipo dublinés ya había competido anteriormente con la Unidad de Bomberos de Ceuta en una competición celebrada en Sevilla.
Ha sido este mismo equipo, el de Dublín, el primero en terminar la excitante prueba de rescate realizaba en la borda superior del barco. Richard Elliot ha expresado su satisfacción por realizar el ejercicio sin complicaciones, aunque ha admitido que el desafío de escalada al que se enfrentarán mañana es una de las pruebas que más retos presenta.
Iñigo Martínez, bombero de Diputación Foral de Vizcaya, ha asegurado que esta prueba de rescate ha sido toda una experiencia y que la volvería a repetir, a pesar del fuerte viento.
“El viento ha jugado en contra en la comunicación pero nos viene bien realizar este tipo de pruebas con todos los escenarios posibles, al final nos encontramos con situaciones reales de todo tipo”, ha explicado.
Todos salieron con una energía desbordante para mostrar sus habilidades en mitad del mar.
La prueba se ha realizado sin público, pero para el que ha tenido la oportunidad de disfrutar en directo de esta irrepetible vivencia será un recuerdo digno de memorar debido a la carga emotiva, aventurera y excitante de la misma.
A su llegada a Ceuta, todos los participantes han degustado una riquísima fideuá y una apetecible paella ya más relajados, acompañados de música y una bebida fresquita para darle al cuerpo un refuerzo tras la energía dejada en la prueba sorpresa que no ha dejado indiferente a nadie.