Tal vez nadie…, como nos pasa a nosotros ahora mismo, sabe como precisar las palabras, para que, sin superficialidad alguna, suenen iguales, en sonido y sentido, a todos los ceutíes. Por eso, es necesario que miremos bien, los muros que, desde siempre, siguen construyendo nuestra casa: “Ceuta”. Resultado de todo ello, es el hecho de que existimos y convivimos dentro de su crecimiento histórico. Crecimiento histórico, que nos permite mantenernos orgullosos de nosotros mismos, cuando defendemos lo verdaderamente vivo de nuestra diversidad. Y son en estos días, entre otros de las diferentes comunidades que integramos la ciudad, cuando no debemos mostrarnos insensibles a la alegría que una importante comunidad de ceutíes disfruta. ¡Porque celebran su mes de Ramadán!. Fiesta de ayuno y oración, que les permite cesar en la oposición que siempre existe entre lo interior y el exterior de los hombres.
Consecuentemente con estos sentimientos, todos los afiliados y simpatizantes del Partido Popular, junto a su presidente D. Juan Vivas Lara, queremos de corazón y desde estas líneas, felicitar a todos nuestros afiliados y simpatizantes de religión musulmana.
Felicitación, que es extensiva a todos los ceutíes que conforme a sus creencias religiosas celebran el mes sagrado del Ramadán. Quizás…, esta felicitación sea tan solo una más de las múltiples felicitaciones que todos los ceutíes de religión musulmana han recibido, y reciben, por todos los que convivimos en nuestra ciudad. Pero con ella, y de verdad, queremos desde el Partido Popular, manifestaros nuestro verdadero deseo de que todos disfrutéis del cumplimiento de tan importante precepto de la fe musulmana.
Existe un libro extraordinario en la literatura mundial: “Las Mil y una noche”. En él, se narran las historias que Sahrazade contaba al Príncipe de los creyentes, cada noche y antes de salir el alba. En él, y entre otros relatos, concretamente en la noche 441, Tawaddu, una hermosa mujer, explicaba la religión islámica a los propios doctores en el Corán. Y en su narración, consideraba que este precepto sagrado, se integraba dentro de los considerados por el Islam como más necesarios. Y de esta manera se explicaba: “La profesión de fe, que constituye la comunidad religiosa; la oración, que es la innata disposición de la fe; la limosna legal, que es la purificación; el ayuno, que es la adquisición del paraíso; la peregrinación, que es la ley religiosa; ordenar el bien y prohibir el mal, que es la de formar una comunidad de los musulmanes, que sirva de acercamiento entre los fieles; y la búsqueda de la ciencia religiosa, como camino digno de alabanza”. ¡Y todos estos preceptos rectos y congruentes, cuando lo que verdaderamente buscan es la convivencia entre todos, musulmanes y no musulmanes!.
Y siguiendo con la bellísima e inigualable obra de las “Mil y una noche”. Tawaddu sigue hablando a los doctos juristas, recitadores del Corán, sabios conocedores de las tradiciones canónicas, médicos, astrólogos, científicos, geómetras y filósofos allí presentes, quienes la examinaban sobre la materia de la religión, Y así al ser preguntada por ello, de esta manera: “Háblame sobre el ayuno y sus prescripciones”. Ella contestó: “Son de precepto para el ayuno, la intención, abstención de toda comida y acto sexual y evitar el vomito”. El ayuno es obligatorio a todo musulmán libre, que haya llegado a la adolescencia, esté en su sano juicio, que no tenga ni esté en el puerperio (40 días después del parto). La obligación comienza apenas se ve la luna en el mes del Ramadán, o se tiene noticia de su aparición, noticia dada por una persona de crédito y considerada como cierta por aquel que la recibe. Entre las obligaciones del que ayuna está la de exponer la intención de ayunar por la noche. Las prescripciones recomendadas son: adelantar el desayuno y retrasar la cena, para que tengan lugar antes del amanecer y después del atardecer; no hablar excepto si es para hacerlo con buen fin o mencionar a Dios; y recitar el Corán”. Y esta es la dulce historia que se cuenta en este hermoso libro. ¡Seguro que muchos saben de ella!.
Pero quizás, al menos para todos nosotros, los que formamos la familia de la gente del libro, uno de los preceptos más importantes, es el de la Oración, que como rectamente dice el propio Coran, se establece para recordar la presencia de Dios. Es por tanto la oración preceptiva y necesaria para no olvidarlo jamás. Y por ello en este mes sagrado, la oración debe ser más íntima y congruente en todos los verdaderos creyentes.
Por ello, nosotros, desde el Partido Popular, junto con su presidente D. Juan Vivas Lara, hemos querido recordarla y transcribirla textualmente, para aquellos que quieran leerla o recordarla de nuevo. Porque en el fondo, este mes sagrado musulmán, es tan solo una fórmula más de convivencia entre todos los que poblamos nuestra ciudad. ¡En fin! Poco más se puede decir: Que nuestro deseo, es que todos los musulmanes ceutíes y no ceutíes disfrutéis de: ¡UN FELIZ RAMADÁN!.
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