Primero oí la noticia en el informativo de una cadena de TV; después, en otra. Y, al día siguiente, pude leerla en numerosos diarios nacionales, impresos o digitales. Solamente los de Ceuta –y supongo que también en Melilla– corregían la aludida frase, sustituyendo la de España por “la Península”. Me refiero al tema de los inmigrantes clandestinos que, desde Ceuta, tratan de llegar a Algeciras ocultándose en los buques que nos unen con Algeciras, especialmente en el que transporta la basura. El tono de la noticia incide, una vez más, en la supina ignorancia que demuestra tanta gente cuando habla de Ceuta. Ahora va a resultar que los inmigrantes que logran entrar aquí –a algunos de los cuales hemos podido verlos en televisión gritando “¡Viva España!” al tocar tierra ceutí, demostrando que de esto saben más que bastantes españoles– no están todavía en España, sino en algún extraño lugar cuyos nativos son españoles y se precian de serlo, pero que, por lo que se escribe, no llega a ser de verdad España, cuyo territorio empieza –para quienes así lo creen– en Algeciras.
Recuerdo que durante la intervención que tuve durante el Pleno del Senado celebrado el 29 de octubre de 1995, a raíz de los incidentes del Ángulo, solicité que no se embolsara aquí a los inmigrantes irregulares que llegan a Ceuta, pronunciando la siguiente frase: “Si ya están en Ceuta, ya están en España”. Me respondió Belloch, entonces ministro del Interior y hoy alcalde socialista de Zaragoza, de un modo casi despreciativo, diciendo que yo iba contra los acuerdos internacionales y contra no sé cuantas cosas más.. Supongo que se refería al acuerdo de Schengen de 1985, que deja a Ceuta y a Melilla en una situación bastante ambigua. Pero sigo manteniendo mi citada frase, Los que están en Ceuta, están en España. Puede haber acuerdos sobre pasos fronterizos que establezcan excepciones debidas a normas internas, como en nuestro caso concreto es el de la entrada sin visado de los marroquíes residentes en la provincia limítrofe de Tetuán, pero lo que jamás cabe publicar es que los inmigrantes que tratan de entrar en la Península en buques procedentes de Ceuta “intentan entrar ilegalmente en España”. Eso ya lo habían hecho, al poner sus pies en la tierra española de Ceuta. Lo que pasa es que aquí se les sigue embolsando de un modo no previsto en la Ley de Extranjería, con un CETI en lugar de un Campo de Internamiento, como en aquella se regula, desde el que se les ha expulsado antes de que transcurran tres meses o, cumplido dicho plazo, son dejados en libertad para que puedan circular libremente por España.
La agencia Europa Press se atribuye la paternidad de la noticia en su página web. En algunos diarios nacionales se dice que procede de la misma Ceuta, y en otros que de Madrid. Pero la redacción en sí de lo publicado desprende un sospechoso tufillo a proceder de un despacho oficial, de algún departamento que pretende colgarse medallas por su gestión de este asunto, Y eso resulta aun más grave. Por lo que Carmen Echarri, directora de este diario, escribió al respecto en el número correspondiente al pasado domingo, tengo la impresión de que coincide con mi sospecha, y en estas cosas suele tener mucha mejor información que yo.
Total, otra metedura de pata más, y van…