La Guardia Civil intenta dar con el joven que tras abandonar la neumática en la que hacinó a 17 personas, se coló por el puente que une la Almadraba con Arcos Quebrados sin dejar rastro a pesar del registro exhaustivo que llevó a cabo el GEAS
Los guineanos están bien
La Guardia Civil busca al joven, con una chaqueta azul, que consiguió burlar a plena luz del día el control marroquí para adentrarse hasta la Almadraba con 17 subsaharianos hacinados en la neumática que pilotaba. Poco antes de llegar al arenal, los varones, todos de Guinea Conakry saltaron al agua en dirección hacia la iglesia del Carmen mientras que el piloto tomó la dirección contraria, huyendo hacia un camino que parecía conocer de antemano: el túnel que comunica la Almadraba con Arcos Quebrados y que tiene al menos dos posibles salidas. Las patrullas del Instituto Armado, que se activaron al momento, bloquearon los posibles escapes hasta la llegada de los GEAS, quienes tras adentrarse hasta el final del túnel con bombonas de oxígeno no dieron con persona alguna. Unos componentes del Cuerpo apuntaron que se había colado en ese túnel, pudo ser que al final no lo hiciera y se entremezclara entre la multitud que se arremolinó en la Almadraba o que supiera demasiado bien el camino, conociendo al detalle otras salidas que puede tener este punto que habría examinado con anterioridad. La investigación ya se ha puesto en marcha para dar con él.
Así terminaba este nuevo episodio migratorio que tuvo sus inicios poco después de las 16.00 horas, cuando la neumática conseguía llegar hasta la playa, comenzando la huida de todos sus ocupantes. A la altura de la iglesia fueron localizados e interceptados por la Benemérita, que contó con apoyo de varias unidades de la Policía Local. Los 17 varones se encontraban en buen estado de salud, salvo un joven que tuvo que ser trasladado al HUCE ya que presentaba cortes en los pies hechos al salir corriendo con las rocas.
Todos los jóvenes (ninguno era menor) fueron atendidos por voluntarios de Cruz Roja in situ, organizándose después su traslado hasta las dependencias de la Jefatura Superior para el trámite de sus expedientes y traslado al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes. ‘Boza, boza’, decían a los que les contemplaban en su transitar hacia la frontera; lo mismo que manifestaron nada más desembarcar, tocar la arena y correr del lugar alentados por su patrón.
La de ayer es la primera patera que llega después del naufragio ocurrido hace unos meses, cuando se produjo el fallecimiento de varios subsaharianos, entre ellos un niño y su madre, cuando pretendían alcanzar la península. Después de aquel episodio se han seguido produciendo salidas pero ninguna se había desviado hacia Ceuta, salvo el caso de entradas aisladas en motos de agua. El vallado sí que ha facilitado el pase de casi mil personas en solo 72 horas, el pasado febrero.
La neumática empleada para la travesía fue trasladada al puerto deportivo por los GEAS para su posterior examen por parte de la Policía Judicial. De igual manera ya está en marcha la investigación para conocer la identidad del pasador que puso en peligro la vida de estas 17 personas no solo por la ruta veloz emprendida sino por el hecho de que todos ellos iban hacinados y sin salvavidas.