“Llevo 20 años trabajando en Ceuta como trabajador temporal, pero llegó la covid-19, me encontraba en
Tetuán, los responsables
marroquíes cerraron la frontera con Ceuta y desde entonces actualmente estoy atrapado en Tetuán. Mi situación es muy grave”. Son las palabras de Mohamed, quien se presenta como hijo del cabo de
Regulares Mohamed El Gasuani Jomsi. Aporta la documentación de su padre, con número de afiliación 15.717 y 22 años, 3 meses y 21 días de servicio. También varios documentos tramitados, en las últimas décadas, ante las autoridades españolas para lograr contar alguna pequeña pensión a nombre de Aicha, la viuda del militar indígena que luchó por los colores de España.
“Contacto con El Faro porque quiero mandar un mensaje a las autoridades militares para que, por favor, intervengan en mi caso”, continúa explicando. Le apoya en su pedido la Asociación de Huérfanos de Regulares de Tetuán, a la que en varias ocasiones ha visitado este periódico encontrando historias de real precariedad económica y social entre las viudas e hijos de quienes defendieron la bandera nacional. Junto al representante de esta asociación, Mustapha, comentan que a pesar de los trámites realizados años atrás todo ha sido denegado, tal y como se corrobora en los documentos aportados y que, por lo tanto, la familia tiene una importante necesidad. Sin trabajo más o menos regular desde la pandemia Mohamed tenía puestas sus esperanzas en volver a cruzar la frontera para poder seguir laborando en suelo ceutí, como hacía desde hace unos 20 años. Pero ahora se ha topado con el muro de la burocracia y, sin visado, esa esperanza ya no es tal. Un clamor desde el otro lado de la frontera es el que lanza para que, simplemente, las autoridades estudien su caso y le reconozcan como descendiente de aquel cabo que durante 22 años estuvo al servicio de España.