El viejo
hospital de la Cruz Roja, aquel que sirvió de único centro hospitalario civil en Ceuta hasta el año 2010, va camino de convertirse en un segundo
CETI pero sin los recursos con los que cuenta el del Jaral. Los trabajadores de la entidad humanitaria son los encargados de asumir
unas tareas difíciles de encajar en lo que sería una cuarentena como mandan las autoridades sanitarias, ya que la misma no se cumple. Además tampoco se dispone de una seguridad necesaria en un lugar en el que ya hay acogidos 55 adultos y 11 menores, prácticamente el límite de 70 plazas que anunció que podía ofrecer el Gobierno local. En las últimas horas se ha registrado la entrada de 15 inmigrantes más. Es la cifra correspondiente a la pasada madrugada y la que continúa a las constantes noches de presión protagonizadas sobre todo por los nadadores, los jóvenes marroquíes que cruzan a nado los espigones de Benzú o del Tarajal para llegar a Ceuta, ofreciendo la versión contraria a los atrapados del vecino país que solo quieren volver a su tierra. Lo grave de esta situación, al margen de las fugas y la falta se seguridad, es las condiciones del antiguo hospital de la Cruz Roja, que no puede absorber la cantidad de personas que están llegando a Ceuta y que en base al protocolo que ordenó el Gobierno de España deben cumplir una cuarentena en prevención de que aparezcan casos de
coronavirus. La presión por goteo ejercida en la vía marítima rompe cualquier previsión y la Ciudad ofreció a la desesperada una instalación que no puede afrontar las entradas hasta el punto de que ya, haciendo mención al número de plazas previstas, no podría acoger a más personas. Ante esto, la administración central no ha ofrecido otro lugar alternativo.
El Gobierno local siempre ha mantenido que sea el CETI, pero este centro tampoco dispone de la preparación para evitar contagios entre residentes y dar pie a un grave problema de seguridad como el acontecido en Melilla con disturbios dentro del propio campamento de inmigrantes al ordenarse un confinamiento. Se vuelve a coger entre alfileres una política migratoria vinculada ahora directamente a lo sanitario. Ni se está cumpliendo el protocolo ni Ceuta dispone en estos momentos de un lugar paralelo para acoger a más inmigrantes llegados porque no dispone de espacio para que guarden la cuarentena obligada. En el propio hospital se están haciendo no solo las pruebas PCR sino los registros policiales.