La explanada de Juan XXIII acoge una muestra de imágenes antiguas del archivo de Diego Sastre que sirven de homenaje a las tradiciones pesqueras.
Una muestra de la historia, esa que se ha ido perdiendo poco a poco por mera evolución social y empresarial, pero también -y eso es lo que cabe corregir- por dejadez.
Esa muestra de Sastre es una joya, porque nos ayuda a recordar lo que fue un sector puntero en Ceuta. Ese recuerdo debe ir de la mano de una valoración adecuada de la situación actual para ayudar, pero también proteger, a quienes siguen explotando esta área.
Entre ellos están los salazoneros, unos auténticos maestros que no pueden quedar en el olvido. Algunos siguen con sus puestos en el mismo lugar en donde se ha ubicado la exposición. Continúan practicando todo un arte, pero a su vez luchando con muchas trabas. Ahí es donde la administración debe trabajar, en proteger lo nuestro, en cuidarlo y potenciarlo. La historia no se puede olvidar. Esta exposición nos ayuda a no hacerlo, pero de igual manera esa historia se cuenta para protegerla como se debe.
Eso lo podemos hacer ahora yendo mucho más allá de la contemplación de unas imágenes. Es algo obligado.