El martes día 17 de septiembre ha sido el día elegido por UGT para rendir homenaje a los ocho guardias municipales que el 10 de enero de 1938 fueron fusilados con el único argumento de querer “represaliar y acabar con el entorno” del que fuera alcalde de Ceuta, Antonio López Sánchez Prado. “Incluso su mujer se tuvo que ir a Sevilla y allí la encarcelaron y también le hicieron la vida imposible a su hija”.
Así lo expone el responsable de Memoria histórica de UGT, José Mata, quien ha llevado a cabo un arduo trabajo de investigación para rememorar los momentos que llevaron a la ejecución de estos ocho guardias, encargados de la escolta del entonces alcalde, y del civil Francisco Martos Hernández, “muy cercano a él y al que acusaron de pertenecer al partido comunista tras un juicio sumarísimo”.
Fue el mismo juicio al que se enfrentaron estos guardias y tras el que fueron sentenciados. “A algunos los declararon culpables de pertenecer a UGT o al partido comunista cuando entonces no era ilegal pertenecer a ninguna de estas organizaciones. A otros incluso de cosas tan nimias como el acudir a la Casa del Pueblo”.
Fueron los absurdos argumentos para acabar con la vida de estas nueve personas, dos años después de que Sánchez Prado también terminara acribillado por las balas de un pelotón de fusilamiento y décadas después UGT quiere rendirles un sentido reconocimiento.
En la recopilación de lo acaecido más de ocho décadas atrás, Mata contó con la ayuda del historiador Francisco Sánchez Montoya, quien dirigió los pasos del ugetista hasta dar con las 300 páginas del consejo de guerra que recogía a los ajusticiados durante esos años, que también incluía al secretario personal del alcalde.
A todos ellos se les rendirá homenaje el próximo 17 y el acto contará con una visita muy especial, con tres hijos de los guardias y la sobrina nieta de Francisco Martos, quienes ya acudieron al acto que anualmente organiza UGT ‘La Latera’, con el que pretende rememorar a las víctimas de la represión franquista.
En la estatua del alcalde republicano se colocará una placa con las palabras: “A los guardias que dieron su vida por proteger la del alcalde Antonio López Sánchez Prado...”, para enumerar seguidamente los nombres de los ocho municipales cuyo cumplimiento del deber les llevó a una injusta muerte.
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