La Semana Santa siempre ha sido una tradición que ha pasado de padres a hijos y este es el caso de la familia Domínguez Godoy, cuyos padres Noelia y José Pablo son costaleros del Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra Señora de la Soledad en Ceuta.
Una devoción que han inculcado desde pequeños a sus tres hijos, Ángel, Pablo y Andrea Domínguez Godoy. Los dos últimos sacan el paso con sus padres y Ángel espera hacerlo cuando tenga la edad. Un hecho que hace que este matrimonio se sienta muy orgulloso.
“Nunca me esperaba ni imaginaba que mis hijos iban a seguir esta tradición, desde pequeños comenzaron a venir conmigo a los ensayos y les fue motivando la idea”, explica José Pablo, que añade que “de momento ellos siempre han salido en Semana Santa con nosotros y ahora tengo a Pablo detrás de mí en la pata derecha de la Soledad y los vellos se me ponen todavía de punta solo de pensarlo. Andrea sale con su madre en el Santo Entierro y Ángel sale en el cortejo de monaguillo y pienso que en un futuro también será un gran costalero”.
“Para mí es un orgullo que los tres estén dentro de este mundillo, Andrea empieza este año, Pablo lo hizo el pasado y Ángel todavía no lo ha hecho, pero siempre han estado vinculados a la Semana Santa jugando siempre a los pasos y a los cortejos, juego que al final se ha hecho realidad”, comenta Noelia.
Por su parte, Andrea Domíngez Godoy expresa que se siente muy orgullosa de poder compartir trabajaderas con su madre además de estar nerviosa por ser su primera vez como costalera.
“Me siento súper orgullosa de poder compartir trabajaderas con mi madre pero a la vez muchos nervios por ser la primera vez que seré costalera y ser los pies del Señor, porque siempre lo he querido y poder serlo este año para mí es un orgullo”, comenta la hija de esta familia.
Noelia indica orgullosa que sus hijos también forman parte del grupo joven y llevan a cabo un trabajo encomiable, indicando que “realizan una labor extraordinaria porque se han encargado de mantener limpios varales y candelería trabajando con otros amigos que, de hecho, han sido amigos fuera, los han llevado a la cofradía, les ha gustado y salen con ellos también, y eso es muy bonito”.
Andrea lo refrenda y dice sentirse reconfortada por ver su trabajo realizado: “La sensación que se siente al tú mirar los pasos y ver que el trabajo es realizado por nosotros… la verdad es que está muy bien”.
Asimismo, en cuanto al tema de la costalería, tanto Pablo como Andrea reconocen que han pedido consejo para hacer bien su trabajo dentro del paso.
“Demasiados consejos le hemos pedido, porque ellos son como un ejemplo a seguir”, declara Pablo, quien comenta que “al tener a mis padres que llevan casi 30 años debajo de los pasos pues eso es una motivación”.
Andrea, por su parte, comenta que “al estar con tus padres debajo de un paso me siento mucho más arropada y no le tienes tanto miedo como podría tenerle si vas tú solo, porque ellos van a estar preocupados por ti y no vas a querer que tengamos ningún tipo de daño físico, además de aconsejarte para que no tengas ningún problema”.
Por último, Ángel espera que cuando a él le toque coger el relevo en las trabajaderas esté toda su familia para ir bien acompañado: “Yo lo único que espero es que cuando a mí me toque salir de costalero estén mi madre y mi padre, además de mis hermanos”.
Una tradición que los Domínguez Godoy han sabido mantener y que en breve será con toda la familia debajo de las trabajaderas de los pasos de la Hermandad del Santo Entierro.