El 14 de noviembre tras nadar alrededor de 10 kilómetros tres
argelinos lograban llegar a Ceuta. Días después se encuentran de nuevo en su tierra tras recibir el sello de la expulsión. Khaldoune, Oualid y Wassim lamentan esta situación. En el caso del último, estudiante de Periodismo, pretendía
solicitar asilo político por problemas sociales. Hoy lo única que le queda es denunciar el caso ante oenegés buscando respaldo.
“¿Dónde están los derechos humanos?”, se preguntan. Oualid cuenta en una entrevista con El Faro que fueron rescatados por una embarcación de la
Guardia Civil tras cruzar desde
Castillejos. Subidos en la patrullera española se identificaron como argelinos y presentaron sus documentos. La versión la refrenda Wassim, que justifica su petición de protección internacional en la existencia de problemas sociales. Llegaron a ser atendidos por
Cruz Roja, de hecho se grabaron tanto en la patrullera del Servicio Marítimo al igual que se fotografiaron dentro del contenedor que sigue utilizando el Ministerio del Interior para retener a inmigrantes en frontera mientras Marruecos decide si los acepta o no.
Cinco horas esperando en frontera
A los tres los aceptó el vecino país tras permanecer 5 horas en territorio fronterizo. La ruta que hicieron fue a la inversa de su llegada y en avión: de Marruecos a Túnez y de allí a Argelia. Presentan los pasajes como prueba de ese trayecto. “Cuando llegamos a Argelia no nos lo creíamos. Queremos presentar un expediente en Naciones Unidas”, explica Oualid.
Los tres argelinos no se conocían entre sí en su país de origen, su amistad se gestó en la ruta hacia Ceuta y en una travesía que emprendieron juntos enfundados en trajes de neopreno y que terminó sin la acogida que esperaban. Marruecos ha adoptado una
actitud facilitadora de las entradas de argelinos que arriesgan sus vidas para cruzar a Ceuta. La misma actitud que mantiene con otras nacionalidades permitiendo vías inseguras de tránsito migratorio en las que quienes terminan siendo víctimas son los propios inmigrantes.