8 meses. Con sus días y sus noches. Ese es el tiempo que lleva viviendo Abdennasar Khada Benjouda en la calle y sin ningún tipo de cobijo. Ese es el tiempo que ha transcurrido desde que derribaron su chabola dentro de un solar en el que se había metido, en la barriada de San Amaro, en Ceuta, y en donde llevaba viviendo desde el año 1985. Era el único lugar que tenía para pasar las frías noches del invierno y los calurosos días de verano. El único rincón donde se sentía seguro y donde descansaba de un duro día de caminatas para encontrar cualquier cosa que le sirviera para tener un sustento y poder alimentarse.
Desde que se procedió al derribo de esa infraestructura y por tanto a su desalojo de esa chabola, Abdennasar deambula por la calle sufriendo un deterioro importante en su salud y malvive, porque no se le puede llamar de otra manera, en un rincón de la Rampa de Abastos. Hace casi un año que está así, en la calle, y lo único que pide a Servicios Sociales es una ayuda para poder tener una vivienda donde guardar sus pocas pertenencias. Lo único que tiene es un carro de la compra donde guarda a diario todas sus cosas y pasea por la calle en busca de una ayuda para subsistir o arrastrando palés.
La vida de este hombre no ha sido fácil. Cruzó a nuestra ciudad con tan solo 14 años procedente de Marruecos en 1985 -en la actualidad tiene 51 años-, y se asentó en la barriada de San Amaro. Solo buscaba una mejor vida, huir de la miseria y encontrar un futuro mejor. Debido a su minoría de edad no consiguió un certificado de residencia.
Viendo que sus objetivos no se estaban cumpliendo, se atrevió a cruzar a la Península y llegar hasta la capital de España, Madrid. Trabajó allí en una obra y siguió todos los trámites legales teniendo hasta 4 tarjetas para el certificado de residencia hasta que consiguió el sueño de obtener la nacionalidad española. Una ansiada nacionalidad que tampoco le sirvió, ni le está sirviendo para tener una mejor vida. Además, siempre quiere resaltar que carece de antecedentes penales, ya que un sector de la ciudadanía descarga sus iras contra aquel que cruza desde el país vecino culpándole de todo.
Años después, ya con la mayoría de edad, Abdennasar regresó a Ceuta y realizó sus trámites para empadronarse. Eso lo consigue el 16 de febrero de 2017, dato que verifica mostrando el certificado de empadronamiento donde viene reflejado que habita en la playa de San Amaro SN.
Años después, cuando ya de por sí su vida no estaba siendo de color de rosa, todo se truncó cuando ordenaron la demolición de su hogar que, aunque ilegal, era lo único que tenía. Ese hecho lo denunció tanto en la Justicia como en el Ayuntamiento, pero lamenta no haber obtenido ninguna respuesta.
La vida de este hombre no ha sido fácil, toda su lucha está siendo en vano y solo pide una ayuda para seguir adelante. No quiere nada de regalo, ni que se apiaden de él, solo quiere seguir adelante, mirar a la vida de frente y tener esa valentía que tuvo con 14 años cuando dejó toda su vida atrás, a toda su familia y cruzó la frontera solo para encontrar la dignidad.
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