La Federación Hindú de España ha puesto en marcha la publicación impresa de una serie de textos de gran interés tanto para el practicante del Sanatana Dharma (deber u obligación eterna, que es como se conoce realmente a la religión hinduista entre los fieles) como para todas aquellas personas interesadas en comprender las generalidades filosóficas, históricas, las principales festividades religiosas y sobre todo para llegar a conocer la profunda espiritualidad que se puede experimentar a través de sus prácticas y rituales sagrados.
Estas lecturas son muy ilustrativas de lo que acabo de desgranar y aconsejo al lector interesado en estos conocimientos que los complete asistiendo a las sagradas ceremonias organizadas en Ceuta por el actual presidente de la mentada federación, me refiero al sacerdote hindú (Purohit) formado en la India y que cuenta con un interesante bagaje intelectual basado en sus escritos y publicaciones sobre espiritualidad hindú, es además miembro del comité asesor del “Hindu Forum of Europe”. Tenemos suerte al poder contar en Ceuta con Juan Carlos Ramchandani (Kishna Kripa Dasa en su nombre espiritual), medalla de la ciudad en reconocimiento a sus méritos en beneficio de la población y a Ceuta; acaso no es el propio Juan Carlos un buen ejemplo del mestizaje genético y cultural de nuestra tierra.
Personalmente me gusta de esta religión, su alegría, ancestralidad y profunda conexión con el mundo natural, donde todas los seres vivos están dotados de espíritu y la naturaleza está sacralizada, teniendo innumerables figuras y representaciones iconográficas al respecto. Así que desde nuestra asociación solo podemos tener una mirada de sana complicidad hacia la espiritualidad hindú tal y como hace mucho tiempo también hicieron los grandes trascendentalistas americanos Henry David Thoreau o Ralph Waldo Emerson entre otros. En este sentido nos gustaría comentar algo sobre el último libro recopilatorio de la asociación hinduista de España que bajo el título “Veda dárshanna 2” ha sido publicado en 2019. Sus páginas están repletas de información sobre diversos aspectos de interés para acercarse al inmenso patrimonio espiritual que atesora el hinduismo.
Uno de los capítulos que ha llamado más mi atención ha sido sobre el concepto de Triguna o los tres Gunas que giran sin cesar en la esfera de la existencia humana, una especie de hilo conductor entre materia y espíritu que explica con éxito la encrucijada en la que nos encontramos los seres humanos, en palabras de Pedro Soto Adrados, los Gunas “son los verdaderos hacedores, el enigma desconocido que gobierna nuestra existencia”. Una gran parte de la filosofía hindú es racional y analítica pero este hecho no ha sido óbice para tender puentes hacia la espiritualidad, en raras ocasiones ha sido una especialidad científica ajena al sentimiento de trascendencia del ser humano, en este sentido la explicación que se ofrece a colación del Triguna es reveladora y sin duda útil, como tantas otras fórmulas puestas en práctica a lo largo de la historia de nuestra especie desde el inicio de los rituales chamánicos.
En realidad, Triguna simboliza la lucha de los contrarios, bien y mal, luz y oscuridad, sabiduría e ignorancia, justicia, injusticia, etc., que junto a las pasiones y deseos humanos dan forma a cualquier existencia espiritual. En el ser humano el combate y predominio de los distintos Gunas simbolizan el nivel de consciencia y de unión con la naturaleza que merecemos conforme a nuestros esfuerzos físicos y mentales y por supuesto al karma heredado y al que nos labramos día a día con nuestros actos y pensamientos. De esta forma un ser humano dominado por las pasiones y esclavizado por el ego, los miedos y angustias vitales tiene poca luz, verdad, pureza, bondad y sabiduría. Es evidente que no todos los seres humanos se encuentran al mismo nivel espiritual ni, como lógica consecuencia, alcanzan un elevado rango ético en sus vidas. De hecho, podríamos decir que los aprovechados abundan y al encontrarse dominados por pasiones y pulsiones se adueñan de todo lo que piensan que les pertenece por derecho de existencia. Algunos actúan como voraces langostas que van consumiendo todo a su paso con la falsa percepción que les ofrece el guna “Raja” que impulsa las pasiones y la acción y si no está domeñado produce pulsiones de ira, avaricia y ambición desmedida injustificadas y provocadas por la confusión mental que los gobierna. Solo cuentan con el engaño y el espejismo de la masa humana que son capaces de congregar entorno a ellos y así van devorando brotes y campos sembrados sin dejar que las flores auténticas se reproduzcan y se siembren semillas que alimenten y sacien el hambre de espiritualidad y conocimientos. En fin, la mayor parte de lo que está contenido en estos sencillos pero bien editados libros de hinduismo como los que estamos comentando muestran un camino saludable para conseguir divulgar y educar en los valores morales de la antiquísima religión hindú y nos alejan de las puertas del inframundo. En Ceuta, es difícil saber como vamos a poder salir adelante sin un apoyo decisivo hacia lo que merece la pena y elevarnos sobre la vulgaridad.
Somos conscientes que la gestión municipal es complicada y difícil en muchos aspectos pero realmente el servicio público no es una labor sencilla y no debería tomarse tan a la ligera. Como miembros del IEC (Instituto de Estudios Ceutíes) recibimos el reciente borrador de propuestas de las ya famosas 140 “por un futuro más seguro y estable para Ceuta”. Pero no leí ninguna reformista ni autocrítica hacia la falta de buena gestión del ayuntamiento. Ahora y fuera del ámbito de las reflexiones que en su día enviamos algunos al mentado IEC creo apropiado indicar que una de las cuestiones que deberían encuadrarse en estas medidas debería ser el impulso del talento y la meritocracia para poder progresar en nuestra ciudad tan necesitada y a la par abandonada cultural y sobretodo ambientalmente. Por mencionar ejemplos concretos en relación al hinduismo, podemos coincidir o discrepar sobre la conveniencia de impulsar y apoyar económicamente con fondos municipales celebraciones folclóricas en nombre de la comunidad hindú pero no cabe duda de que son reuniones coloristas y alegres que animan y festejan en cierta medida una forma de entender el mundo. Obviamente, se puede pensar legítimamente que deben de contar con el soporte presupuestario necesario para llevarlas a cabo y que tienen eco social por la participación que concitan en los lugares públicos donde se desarrollan estas actividades. Pero esto no debería implicar la marginación de otros actos más espirituales siempre que existan propuestas concretas. Estas existen y son tangibles y reales pues se desarrollan en Ceuta en coordinación con la Federación Hindú de España y nos consta que Juan Carlos, el actual presidente de esta institución, con mucho esfuerzo y sin ningún apoyo del consistorio consigue realizar celebraciones religiosas con gran carga espiritual y cultural que divulgan el hinduismo y fomentan el entendimiento entre los credos presentes en la ciudad. A nosotros no nos impresionan las medallas de la ciudad autónoma en tanto en cuanto son propuestas de los partidos políticos, en ningún caso queremos dar a entender que las personas galardonadas no las merezcan, y ni siquiera estamos de acuerdo con el día señalado para su celebración, pero entendemos que la institución municipal se toma en serio las medallas que concede con tanta pompa y solemnidad. Y en un ejercicio de mínima coherencia y respecto por la propia representación política en la asamblea ceutí no se deberían negar modestas ayudas a entidades como la Federación Hindú de España y tantas otras asociaciones de diversa índole que realizan actividades en beneficio de muchos ciudadanos. En el caso que nos ocupa, no dejamos de preguntarnos, que sentido tiene el reconocimiento laudatorio hacia una persona si luego no se apoya la labor por la que ha sido premiado aunque sea con modestos presupuestos. Es poco saludable dar la sensación de falta de ponderación y equidad desde la misma institución que celebra la paz a través del premio convivencia. Solo esperamos que con los siguientes presupuestos de la ciudad se pueda corregir una situación anormal en este sentido siempre que reciba un programa de propuestas para realizar algunos actos que divulguen la espiritualidad hindú. Si el ayuntamiento desea realmente contar con la ciudadanía para impulsar reformas y buscar soluciones sacrificadas en beneficio de Ceuta debe comenzar por dar ejemplo y aplicarse a la coherencia y a la consistencia en sus actuaciones.
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