Escondido tras la antigua cárcel de
Los Rosales, en Ceuta, se encuentra uno de los tesoros de los que se sienten más orgullosos los
vecinos de
Sidi Embarek, su huerto. En él han invertido mucho tiempo para tener un espacio verde en el barrio y cada año los árboles les recompensan con sus frutas. El presidente de la asociación de vecinos, Abdellah Mustafa, explica que en este
espacio verde tienen diversos tipos de plantaciones como hierbabuena, manzanos, aguacates, limoneros o naranjos, pero que su principal estrella son las higueras.
“Tenemos una gran variedad de árboles frutales y ahora estamos recogiendo la recompensa del buen trabajo realizado, sobre todo higos, de los que hemos recogido unos 70 kilos hasta ahora pero seguimos teniendo muchos”, comenta. Además de este fruto, señala que también se han recogido muchas moras y que todo lo conseguido en este
huerto se reparte entre los vecinos del barrio para que lo disfruten de lo que se ha conseguido entre todos. Ya se ha recogido una gran cantidad de fruta. Es el resultado del buen trabajo realizado durante muchos años, pero Mustafa destaca sobre todo el trabajo de Omar, un hombre que se hizo cargo del huerto durante muchos años y que lo llevó de ser un vertedero a la joya natural que es ahora.
“En realidad, si lo veis todo así de bonito es fruto de Omar, un vecino de la barriada que ha hecho un trabajo fenomenal desde hace un montón de años”, recalca el presidente de la asociación. Asimismo, declara que la idea del huerto se inició hace varios años, casi una década. Unos cuantos vecinos del lugar llevaron unas cuantas de plantas frutales para este espacio. En ese momento, Omar se hizo cargo de adecentar el huerto trayendo incluso agua de su propia casa ya que no había toma. Ese trabajo durante todo este tiempo tuvo su recompensa el año pasado cuando la Ciudad valló el perímetro, les hizo una casetilla para poder guardar las herramientas y les proporcionó dos grandes cubas de 1.000 litros cada una para poder regar. Brigadas Verdes es la encargada de tener totalmente llenos estos bidones toda las semanas.
Una vez se produjo la marcha de Omar, todos los vecinos se involucraron en continuar conservando este espacio. “Todos los vecinos se han involucrado y han invertido su tiempo y esfuerzo en colaborar para que este se mantenga activo”, apunta. “Todo eso es bueno y significa que hay un interés general de los vecinos para mantener este espacio verde y esperamos que en un futuro, cuando haya sombra, poder habilitar unos banquitos para las personas mayores para que estos puedan sentarse al fresquito en verano y sea beneficioso para todos los vecinos”, explica Mustafa.
Hay cosas que mejorar, como por ejemplo el tener una toma de agua propia para el huerto. “Queremos pedir a la Ciudad que nos pongan una toma de agua para que esta salga con presión y así podamos llegar a todos los rincones del huerto porque ahora con los bidones hay sitios a los que no podemos llegar”, declara. Aun así ha querido agradecer la labor de la Ciudad por el trabajo realizado así como el de la Federación de Asociaciones de Vecinos y de todas las personas que viven en el barrio por haber colaborado en que este espacio fructifique y sea hoy en día lo que es, un pequeño tesoro verde que se encuentra en Sidi Embarek y que es el orgullo de todos los vecinos.