Hamed insiste en que hubo una grave descoordinación en el incendio forestal

De nuevo el incendio forestal del 9 de julio salta a la primera plana después de que la diputada no adscrita, Fátima Hamed, haya vuelto a insistir en que ese día, en el que ardieron más de 30 hectáreas en García Aldave, se produjo una grave descoordinación entre los servicios que afectó a las tareas de extinción del fuego.

Hamed ha vuelto a poner encima de la mesa las conclusiones extraídas del informe que, sobre el siniestro realizó el área de emergencias de la Ciudad, conocida como ARCE. Lamenta que la consejera de Presidencia Gobernación y Empleo, Yolanda Bel, haya negado que esas disfunciones existieron y le recrimina que no lo reconozca. “La consejera no lo debería permitir. Debería reunir a todos los servicios para impedir que algo de esa magnitud suceda en el futuro”.
A Fátima Hamed le parece que desde el Gobierno local se ‘ningunea’ a los trabajadores de ARCE, “cuyas sugerencias y propuestas parece que no se las tiene muy en cuenta. La consejera hace muy mal al hacer oídos sordos a todas sus recomendaciones”, añade.  Los niveles de emergencia se decretaron, por ejemplo, sin su participación
Y es que, según este informe, a los efectivos de Protección Civil dependientes de la Ciudad no se les comunicó el incendio hasta dos horas después de que se declarara, y fue algo que hizo el propio jefe de Bomberos llamando al teléfono móvil de uno de ellos “puesto que no tienen disponibilidad las 24 horas” y tampoco equipos de comunicaciones adecuados. Entre las peticiones que realiza este servicio, la de dotarles de comunicaciones vía satélite. De haberse activado antes la presencia de los trabajadores de Protección Civil, no se habrían pedido “dos horas”, algo que supone “una gran revés en la gestión de grandes incendios forestales y en la aportación de recursos extraordinarios aéreos que limiten la rápida extensión del fuego”.
Hamed entiende que ha habido “malentendidos” a la hora de declarar los niveles de emergencia; problemas “serios” de comunicación “puesto que el ARCE tiene equipos de comunicaciones obsoletos” y que tampoco se ha diseñado un plan de relevo del personal, “lo que obligó a los Bomberos a trabajar 16 horas seguidas”.
Otro de los ejemplos que se mencionan en el informe para evidenciar esa “descoordinación” es, por ejemplo, que las autoridades, presidente y delegado del Gobierno a la cabeza, se encontraban durante el incendio en una “zona caliente”  y se les advirtió del riesgo que corrían al situarse tan cerca del fuego. Por todo ello, la diputada insiste al Gobierno es que debe aclarar “todos los extremos contenidos en el informe” y lamenta “que hasta ahora la respuesta de la consejera haya sido la de negar la mayor: que la descoordinación existió”, apuntilló.

“Bel debe reunir a los voluntarios y el ARCE”

Fatima Hamed también se ha reunido este fin de semana con los voluntarios de la Asociación de Protección Civil, puestos en cuestión en el informe del ARCE al señalar que se hicieron presentes en la zona “desconociendo quien los activó y cuál es su relación con la Ciudad, al no disponer del contrato vigente de su funcionamiento”. La diputada destaca la labor altruista “y extraordinaria” que este colectivo, presidido por Juan Moreno, realiza pero también subraya que es necesario que desde la propia Ciudad “se implementen todas las reuniones que sean necesarias” para mejorar la coordinación y la colaboración entre el área de Protección Civil y los propios voluntarios, “que  también reconocen”, dice la diputada, “que las cosas se podrían haber hecho mejor y que hubo fallos de coordinación”.
Otra de las quejas de la diputada y que también figura en el informe es la referida al hecho de que Ceuta no dispone de información referida al nivel de riesgo de incendios porque no ha sido incluida por el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente (MAGRAMA) en el mapa de riesgo. La diputada asegura que el ARCE pidió en enero a la consejería de la que depende que realizara las correspondientes gestiones para incluir a la ciudad en esta evaluación diaria de riesgos.
El incendio del 9 de julio ha sido el peor que ha sufrido el monte ceutí en los últimos veinte años. Ardieron 35 hectáreas en zonas de especial protección y declaradas de interés comunitario. Quedaron afectadas masas mixtas de repoblación de pinos, eucaliptos y especies autóctonas y exóticas. Los bomberos tardaron más de quince horas en extinguir un fuego del que existieron rescoldos hasta tres días después. Fue necesaria la UME.