Una embarcación pesquera encontró en la mañana de ayer un pez espada muerto, de unos 500 kilos de peso y algo más de tres metros de longitud, en la playa de Juan XXIII.
El pez fue trasladado hasta la lonja en una embarcación porque el ejemplar era tan grande que Athisa no podía llevarlo por sus propios medios. Tras el examen por parte del biólogo y del veterinario de la Ciudad Autónoma se determinará si el pez espada es apto para el consumo. En caso de no serlo, la Ciudad procederá a su decomiso y a la posterior incineración.