“Hacienda está siendo partidista y sectaria con los policías nacionales”

Son muchos los asuntos que en materia de seguridad se están suscitando en estas últimas semanas. Polémicas, algunas de ellas, que afectan directamente a los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía y que arrastran connotaciones políticas. Ana Moya, portavoz del SIPE, carga directamente contra quienes quieren usar a los agentes como “cabeza de turco” y denuncia que, precisamente, eso es lo que se está haciendo con los compañeros del CNP, al ordenarse, por ejemplo, la apertura de investigaciones por parte de Hacienda aprovechando “lagunas jurídicas”.
–Anunciaba esta misma semana que vuelve a presentarse como candidata a la Secretaría Provincial del Sindicato Independiente de la Policía -SIPE-. Ataca de nuevo posicionándose en primera línea sindical... ¿hay que temerla?
–... (se ríe). Vuelvo tras una breve retirada porque necesitaba descansar un poco psicológicamente de tanto sindicalismo. Son ya 18 años de sindicalista. En las filas del otro sindicato al que pertenecía me atacaron de una forma inhumana, usando incluso temas personales para atacarme sindicalmente. Me fui yo, pero me fui por orgullo, por no seguir tratando con las personas que estaban en el poder de la UFP a nivel nacional, ni con los que tenía aquí a mi alrededor. Estaba todo muy politizado y no se me dejaba hacer lo que consideraba correcto para defender los derechos de los compañeros. Tuve la gran suerte de tener la acogida de Alfonso Perdiguero en el SIPE y poder ponerme a trabajar sindicalmente con él. Todo me pilló en un momento en el que quise que otros compañeros lideraran el sindicato, como es el caso de Daniel Borja Acosta, que va a seguir estando a mi lado porque es un buen sindicalista.
–Los auténticos nunca le han dejado en la cuneta...
–Precisamente gracias al apoyo de mis compañeros que me piden que vuelva estoy aquí. Con una dedicación absoluta, voy a estar de nuevo ahí, contando además con gente que dará frescura al sindicato. Vamos a seguir una línea de defensa de los compañeros que está abandonada. Ni el jefe superior ha hecho mucho por ayudarnos, ni, políticamente, el ministro de Interior actual.
–Vuelve a la primera línea en un momento en el que hay una persecución implacable contra los funcionarios policiales por parte de Hacienda. Son ya varios los agentes a los que o se les ha abierto expediente o se les va a abrir por el tema de la residencia...¿ Qué va a hacer el SIPE?
–Defenderlos. De hecho ese es el principal punto de nuestro programa, porque hay casos sangrantes de compañeros a los que por desgracia se les está metiendo mano a nivel de Hacienda. La gente tiene que entender que somos un Cuerpo estatal. En casi ninguna plantilla, los componentes son policías nacidos en la misma ciudad en la que trabajan. Aquí, los que sí, somos unos afortunados. En mi caso, que soy caballa, venir a Ceuta me ha costado 14 años. ¿Qué sucede aquí? Que buena parte de los policías que están destinados en Ceuta tiene a sus familiares en la península y necesitan verlos. Los agentes aprovechan sus horas libres, sus ratos de ocio, para  estar con sus familias, pero están censados en Ceuta, pagan sus impuestos en Ceuta y votan en Ceuta a los políticos. Los ciudadanos tienen que entender que a estas personas se les está perjudicando directamente desde Hacienda. Ese plus que ganan de más por la residencia se lo terminan gastando en el barco, en comer mal... todo para poder sacar unos euros de más y poder mantener así a sus familiares que viven fuera. El sueldo que se gana en la península, por desgracia, es ridículo. De hecho es inconcebible que los policías y también los guardias civiles sigamos en las condiciones en que estamos. Por un poco de dinero de más, ¿se cree Hacienda que merece la pena este sacrificio?
–¿Qué considera que va a pasar?
–Va a haber consecuencias. Viene Hacienda denunciando que no están cumpliendo con la residencia y lo que no entienden es que lo hacen por subsistencia. Se olvida de que mientras esos policías están aquí en Ceuta están pagando, están gastando dinero en la ciudad y manteniendo su seguridad. Somos una plantilla con el 90% de agentes que no es de aquí. Policías nacionales caballas somos muy pocos. Si los presionan de esta manera ¿sabe qué va a pasar? O que se jubilen antes de tiempo o que simplemente vayan a pedir que sean destinados fuera. ¿Habrá que trabajar por ellos y ayudarles a que por lo menos les dejen vivir en paz?
En los casos que son verdaderamente sangrantes les van a buscar una ruina personal a los compañeros... Hacienda debería tener un poco de humanidad, que son compañeros que vienen aquí a darnos seguridad. Nosotros como SIPE vamos a intentar ayudarles en lo que sea y poner nuestro grano de arena ofreciéndoles nuestro servicio jurídico.
–¿Consideráis entonces que hay una caza de brujas contra los funcionarios policiales porque se trata de actuaciones que popular y mediáticamente pueden impactar mucho?
–El sentir que tienen los compañeros es que están siendo utilizados por determinada figura como “cabeza de turco”. Es una pena, porque tienen una frustración y una desgana... Tenemos que darnos cuenta del peligro que conlleva quedarnos con una plantilla ridícula si muchos de estos policías deciden dejar de trabajar en Ceuta.
–Esa visión del policía que usted está dando no es la que socialmente tiene una parte de la población que los ve como personas que, en cuanto pueden, se marchan fuera, salen de su servicio para ir a coger directamente el barco...
–Ese es el sentir que tiene la gente pero no es el real. No sé a quién le ha interesado hacer ver eso cuando esa no es la realidad de los compañeros. Esto es realmente duro. He hablado con muchos policías y conozco sus casos personales... lo que está pasando es vergonzoso. Hay una compañera, por ejemplo, que tiene familiares con enfermedades graves a los que tiene que cuidar y por los que tiene que trasladarse continuamente a la península. ¡Son sus padres... y encima le van a meter un sablazo! Hay que ser más humanos. Todo esto no deja de ser otra estrategia política más. Hacienda está siendo partidista y sectaria, aprovechándose de una laguna jurídica.
–Bueno siempre se dijo que todas estas inspecciones tuvieron su relación con las denuncias por las liberaciones sindicales por Ceuta de policías que luego no estaban en la ciudad.
–Yo recuerdo que el anterior jefe superior, José Luis Torres, acusaba en muchas ocasiones al sindicato al que yo representaba por aquel entonces la UFP, de tener esos liberados y no aparecer para nada en Ceuta. Tenía razón porque llegaron a ser verdaderos caraduras, y esa fue una de las cuestiones con las que yo estaba en contra y por eso me fui. ¿Si esto ha influido de alguna manera? No lo sé, pero le puedo decir que eso de vivir fuera lo hacen muchos jefes también. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los responsables de las brigadas no son de Ceuta y en cuanto pueden se van fuera a ver a sus familias.
Siempre que ha hecho falta, estos policías que tienen a sus familias fuera pero que están censados aquí y aquí pagan sus impuestos, cuando han tenido que quedarse en Ceuta por algún motivo importante lo han hecho y no han perjudicado para nada el servicio. Ellos son responsables y eso también debe ser tenido en cuenta. Lo que no podemos cortarle es el derecho a conciliar su vida familiar. Es lógico que tengan su derecho a irse a fuera. Eso, al menos desde el SIPE, lo entendemos y apoyamos y pedimos el apoyo de otras entidades.
–Siendo éste un asunto clave en el programa del SIPE, ¿qué otros asuntos son relevantes para su sindicato?
–Sobre todo la defensa de los compañeros ante la inseguridad ciudadana que padecemos en la actualidad y la desprotección que tenemos de los jefes, de los mandos y de la Delegación del Gobierno. La ciudad está padeciendo una inseguridad ciudadana que va en aumento, pero también la están sufriendo los propios policías.
–En la mente de todos están los sucesos de la pasada semana en el Príncipe.
–Fueron unos hechos que se veían venir. Y lo peor es que va a pasar una desgracia más grande todavía. No es normal que esos apedreamientos que hace un año o año y medio eran por semanas, ahora ya se producen  a diario. El SIPE no sale a denunciarlo en prensa porque los compañeros, desgraciadamente, ven esto como algo normal. Los apedreamientos son a diario, muchas veces no hacen ya ni comparecencias porque parece que ya no es ni importante por repetido. Y claro que lo es. Ha habido casos de compañeros que han tenido daños en los ojos porque les han lanzado bloques a los cristales de sus coches; otros que casi caen por cunetas... No ha pasado nada más grave porque somos afortunados, parece que tuviéramos un ángel porque de la de piedras que nos tiran, no sé cómo hasta ahora no ha ocurrido ninguna desgracia.
–Y encima cuando van a proceder a la detención de un pistolero... van y les apabullan.
–Eso es algo que hacía bastante tiempo que no sucedía con esta gravedad. El último caso fue hace un par de años con unos compañeros de la Judicial que fueron rodeados por cientos de personas. Habíamos tenido conatos, eso sí, pero lo del otro día fue vergonzoso y frustrante para todos los que estaban trabajando. Había que ver la cara de los compañeros cuando volvieron de la intervención que habían tenido en el Príncipe. Era una mezcla de impotencia, frustración... de verse ahí sin poder detener a una persona que estaba tiroteando a otro vecino del Príncipe y habiendo personas que encima no les ayudaban sino que se ponían a impedir que pudieran detenerlo. Habría que estar en el pellejo de esos policías para saber lo que se siente. Esa frustración también la tenían los mandos que estaban en ese momento porque no teníamos dotaciones de refuerzo. Los compañeros a los que acorralaron eran miembros de la UPR, que son como la elite nuestra... No teníamos siquiera una unidad de la UIP para mandar a hacer una redada en condiciones y detener así a las personas que apoyaban al pistolero y que estaban cometiendo un delito.
–¿Pero por qué no se tenía unidades de la UIP?
–Esa UIP que vino a reforzar frontera y Príncipe estaba trabajando de noche; la otra UIP trabaja de mañana en frontera y no tenemos dotaciones suficientes para cubrir las tardes. Hace falta personal en Ceuta. Que no nos venda la moto el Ministerio de Interior de que tenemos un puesto de catálogo suficiente porque no lo tenemos.
Cuando ves el volumen de trabajo que se nos presenta, el 90% del trabajo que tenemos es la problemática del Príncipe y de la frontera, está claro que no hay cobertura suficiente. Las dotaciones que se vieron rodeadas en el Príncipe eran de UPR, pero es que hasta hace dos semanas esta unidad no trabajaba los sábados ni los domingos por la tarde. De ser así, tendrían que haber estado trabajando esa tarde tres zetas. ¿Imagina lo que hubiera sucedido si llegan a ir los zetas? No queremos crear una alarma social ni hacer creer que los policías no son valientes. Todo lo contrario. Alabo y admiro a los compañeros de Seguridad Ciudadana que se están dejando la vida cada vez que van al Príncipe y a otras barriadas en las que la situación se está complicando.
–Hablaba antes de desprotección de las autoridades políticas hacia el policía, ¿qué quiere decir?
–Es así, estamos desprotegidos. Mira, si un día hubiera un político, cualquiera de los que están en el poder o en la oposición, que de verdad defendiera con hechos, no con palabritas que quedan muy bien en los periódicos, lo mal que estamos retribuidos los policías y los guardias civiles, la poca cobertura jurídica que tenemos ante nuestras actuaciones, atacara la desprotección que tenemos ante Hacienda tanto policías como guardias... el día en que un político se pronuncie ante esto, entonces seremos incluso un poco partidistas... algo de lo que el delegado del Gobierno ha acusado a nuestros compañeros de la AUGC.
¡Qué partidistas, ni qué partidistas! Lo que pasa es que estamos hartos de que cada vez que llega un político al poder solo quiere politizar todo, cuando les interesa se arriman a nosotros, cuando no, no nos quieren o terminan utilizándonos como “cabeza de turco” para machacarnos económicamente o en una intervención policial como pasó con la UIP de Madrid. Les ocurrió lo mismo que a la Guardia Civil aquí, que han criminalizado a unos policías que lo único que hicieron fue lo que les mandaron: cargar contra líderes de masas. –En varias ocasiones le he escuchado quejarse de que los políticos les dejan tirados ante sucesos de relevancia cuando las cosas pintan mal porque solo les utilizan ¿sigue pensando así?
–Es así. Mire qué pasó con la concentración el pasado miércoles en favor de la Guardia Civil. ¿Qué pasa?, ¿que los policías no trabajan en la frontera?, ¿no nos jugamos la vida igual que los guardias civiles? Habría que preguntarle al señor delegado del Gobierno qué qué pasa con los policías. Es que a nosotros nos podía haber pasado lo mismo que a la Guardia Civil y con actos de ese tipo es cuando demuestran que se mueven por estrategias políticas. ¿De quién se ha pedido la dimisión? De él, del director general y del ministro de Interior... si no es una estrategia política que hagan entonces una convocatoria para el Cuerpo Nacional de Policía.
–¿Recuerda cuando el fallecimiento de dos porteadoras en el polígono, con otro gobierno en el poder, ante las críticas que hubo hacia la Policía Nacional desde sectores marroquíes, que se organizara una concentración en vuestro apoyo?
–Nada... y los compañeros las pasaron canutas. Se les utilizó como “cabeza de turco”, se les criticó cuando ellos actuaban siempre según órdenes dadas. La UIP y los GRS siempre actúan bajo órdenes. No cargan por gusto, sino porque alguien se lo ordena y siempre hay un responsable jerárquico y político. Así ocurrió el 6 de febrero o en cualquier intervención nuestra de la UIP.
–Pues el otro día dijo el ministro que las órdenes, en el caso de la Guardia Civil, no salían de los despachos...
–La forma de hacerlo será responsable de los agentes, pero la orden es política. En cualquier parte de España a la que acudimos y se producen cargas, siempre hay un delegado o subdelegado del Gobierno que dice lo que procede o no hacer. Puede haber casos excepcionales de agentes que se hayan extralimitado, pero eso no es ni la norma general ni el caso del 6-F.
–Según la radiografía que de la seguridad me está haciendo, ¿cabe preguntarse si los delincuentes no nos están comiendo el terreno?
–En el caso de la barriada del Príncipe nos preocupa porque lo que no es normal es que unos policías se tengan que marchar de puntillas de una intervención, sin poder actuar de forma contundente. Eso da sentimiento de frustración.  También tiene que tener en cuenta una cosa. A la brigada de Seguridad Ciudadana hay que valorarla, porque lo que antes estaban haciendo ocho o diez coches a la vez, ahora lo están haciendo dos. Están cuadriplicando su trabajo, su riesgo... Aún así, llevan tanto en la sangre el ser policías que lo pelean, se parten el pecho, llevan la policía en la sangre, son valientes y lo que pasa es que los políticos y los mandos policiales se aprovechan de esa valentía para tapar parches.
Podríamos seguir siendo valientes pero sin tener que jugarnos la vida, porque el día en que haya una desgracia ya no va tocar acudir solo a los medios de comunicación, sino que habrá que pedir responsabilidades en otros lugares porque lo estamos reivindicando desde hace mucho tiempo. Lo que no es normal es que estemos avisando del peligro de los policías y no se esté haciendo nada.
–El origen de esa inseguridad entre los policías entiendo que es la falta de medios ¿no?
–Claro, es que ese es el problema. Al no tener medios nos sentimos inseguros. Llegan coches nuevos y se los quedan los jefes en vez de dárselos a los policías de calle que llevan sus vehículos que parecen de Pedro Picapiedra. Las condiciones en las que estamos trabajando son malas. Estamos en la calle con medios humanos también escasos... y ya si nos referimos a las telecomunicaciones, a los equipos de radio para comunicarnos en las intervenciones, porque la situación va a peor. Ha ocurrido en intervenciones muy duras que los medios han empezado a acoplarse, que no funcionan, no se tiene cobertura... ¿Los cascos?... se los ponen los policías y parece que van a pillar cualquier cosa. En estas condiciones no se puede trabajar.
No nos vienen policías y en cambio se nos van o se nos ponen de baja más. Y esto sin sumar el efecto huida por la persecución de Hacienda. Porque como esto no mejore, los afectados van a pedir traslado fuera para poder estar cerca de sus familias.
–¿Qué fue del plus de peligrosidad prometido a los compañeros por trabajo en zonas como la frontera?
–Eso me pregunto yo, qué dónde está. No lo están cobrando. Juegan con nosotros, prometen pero luego no cumplen.
–Anunciábamos ayer la marcha de la UIP que llegó la semana pasada, aunque con la promesa de que volverá a reforzar Ceuta a partir del próximo 24. ¿Qué piensa de esto?
–Primero hay que dejar claro que la UIP vino a la ciudad con orden de quedarse hasta el día 22 y de pronto les dijeron que tenían que marcharse, suprimiéndose todas las hojas de servicio para los próximos días. Desde el SIPE siempre hemos denunciado los parcheos y esto parece que es uno de ellos, porque si vienen de apoyo ante el riesgo de avalanchas, no se entiende esta marcha precipitada sin que vaya a haber un relevo inmediato. Espero que esta medida no se hubiera llevado a cabo para callar la boca al SIPE, desplazando a la UIP menos de una semana... ¿para qué?, ¿para que estemos todos calladitos?
Es muy costoso tener aquí una UIP pero si la tienes ya fija no lo es tanto, y si no, que refuercen con comisiones de servicio, que hay muchos compañeros que quieren estar en Ceuta. Lo suyo, no obstante, sería tener una UIP en Ceuta fija. Polémica abierta sobre la ausencia de la UIP en la avalancha La Delegación del Gobierno ha solicitado un informe para que se aclare por qué no acudió la UIP a prestar apoyo a la Guardia Civil en la avalancha del pasado 4 de marzo. Se tiene constancia que desde el COS se hicieron al menos tres llamadas pidiendo apoyo a la Sala del 091. Ese apoyo nunca llegó. Moya habla claramente de lo ocurrido e insta al delegado del Gobierno a que, si quiere informes sobre la responsabilidad, no la busque entre los policías. Moya, como portavoz del SIPE, señala que la UIP tiene unos turnos establecidos de mañana y tarde, pero no noche. Ningún policía podría dar órdenes, aquella madrugada, para movilizar la UIP ya que la orden existente ese 4 de marzo era la de respetar los turnos. La cadena de mando tras la llamada del COS al 091 se produjo y desde la Sala se actuó correctamente, respetando los turnos y mandando a los tres zetas que había únicamente de servicio para toda la ciudad esa noche. El aviso se paso al superior inmediato, el coordinador, que, a su vez, informaría al que esa noche estaba de jefe supremo, Jaime de Castellví. Para el SIPE el delegado del Gobierno tiene claro dónde pedir las explicaciones, sin que caiga responsabilidad alguna entre los policías que se guían por las órdenes de servicio establecidas. “Que no utilice los medios de comunicación para enfrentar a Policía con Guardia Civil. Si quiere saber qué pasó lo tiene fácil, que llame al responsable”, espeta Moya. Tan solo 48 horas después, el 6 de marzo, el jefe de Seguridad Ciudadana distribuyó otra orden de servicio para informar a la Sala que se establecía un nuevo turno de UIP de noche, de 0.00 a 7.00 horas para apoyar ante las avalanchas o ante sucesos en el Príncipe. Esa orden no existía el 4 de marzo. El SIPE se reúne con los vecinos del Príncipe La portavoz del SIPE, Ana Moya, ha mantenido esta misma semana un encuentro con el presidente de la asociación de vecinos del Príncipe, Kamal Mohamed, y el de la FPAV, José Ramos. Un encuentro que se produce a los pocos días de haber sido acorralados y encañonados agentes de la UPR que acudían al barrio a detener a un pistolero. En el seno de la Policía este hecho ha causado malestar, de ahí que el SIPE haya optado por sentarse a hablar con el dirigente vecinal para poner de manifiesto el punto de vista policial, ante una situación que va empeorando y que aleja, cada vez más, a policías de vecinos. La situación de desconfianza y de malestar existe en ambos lados, tanto entre los policías como entre los vecinos. La brecha es cada vez más amplia y de no de frenarse la situación empeorará. El SIPE  se ha llevado una buena impresión del dirigente vecinal que trasladará a la ejecutiva de la asociación de vecinos la necesidad de poner en marcha un protocolo de colaboración entre ambos para evitar que vuelvan a sucederse episodios como el del pasado domingo. “Por ambas partes tenemos una disposición muy positiva de procurar el bienestar de la ciudadanía, en especial de los vecinos de esta barriada, para conseguir un mayor acercamiento entre policías y vecinos, algo que no está ocurriendo en la actualidad”, lamenta Moya. “Los vecinos nos piden una mayor atención por parte de las administraciones de todo tipo, también de seguridad. Los policías pedimos que no seamos objeto de hechos delictivos como apedreamientos o agresiones que solo obstaculizan nuestra labor e impiden que podamos darle la seguridad que nos reclaman”.