Hubo una interpelación por parte del portavoz del PSOE, Manuel Hernández
A pesar de las dificultades existentes, el compromiso por parte del consejero de Gobernación, Jacob Hachuel, es intentar resolver el problema que tienen los vecinos del Serrallo y Calamocarro con el transporte público de viajeros. Aunque reconoció que ningún habitante de esas dos zonas se había puesto en contacto con su departamento y sí con el PSOE, que fue quien planteó la interpelación, “pero, de todas maneras, las hago mías”.
Parada
En el caso del Serrallo, el problema se centra principalmente en que por parte de la empresa se ha suprimido el servicio que llegaba hasta esta zona de nuestra ciudad y en cuanto a Calamocarro que no existía una parada donde tradicionalmente siempre ha existido, justo enfrente de la salida de la playa.
Las explicaciones que ofreció el consejero se centraron en que, según le habían comunicado desde la empresa de autobuses, el autobús hasta el Serrallo tenía muy escasa ocupación y que por ello se había suprimido, indicando a la Ciudad que si deseaban recuperarlo deberían efectuarse una adenda al actual contrato.
En Calamocarro, la situación es distinta y es que por parte del Ministerio se indica que no hay ninguna zona para que el autobús pueda parar y que no lo iba a hacer en una carretera nacional. Además, explica el mismo consejero que las obras eran muy difíciles porque debían expropiarse unos terrenos y además construir un muro de contención.
A pesar de ello, dijo que seguirían buscando una solución y que se comprometía con los vecinos del Serrallo y de Calamocarro. Tenía muy claro el mismo Manuel Hernández que el Gobierno del presidente Vivas tenía el compromiso de solucionar estas cuestiones para los vecinos de una y otra barriada, ya que las mismas están alejadas del casco urbano y necesitan comodidades para sus desplazamientos.
Los asuntos se llevarán a pleno de marzo
Todos los asuntos que no se pudieron debatir en la sesión plenaria del lunes serán tratados, según indicó el mismo presidente Vivas, en la sesión plenaria ordinaria del próximo mes de marzo. Ello no significa que los grupos de la oposición tengan que reducir las mociones que tienen asignadas, sino que el Gobierno ha indicado que procurará no llevar ningún asunto y que si se produjeran convocarían otro pleno extraordinario totalmente distinto.