El tráfico de hachís entre fronteras está en constante transformación. Los narcos siempre planeando nuevos métodos de introducir la droga con los que eludir los controles.
Los funcionarios de Aduanas del Puerto de Tánger Med abortaron este miércoles uno de esos intentos de burlar a las fuerzas de seguridad. Los agentes hallaron 20 kilos de hachís escondidos en un remolque que se dirigía al extranjero. Hasta ahí todo rutinario, el dato que hace peculiar este pase es el lugar donde iba oculta la sustancia estupefaciente.
Según informa el medio de comunicación marroquí Tanja24.como, el alijo viajaba en tres extintores de incendios. El recipiente había sido desmontado minuciosamente y colmado con placas de hachís aprovechando todo el espacio.
Las fuentes consultadas indicaron que el conductor del camión, con nacionalidad marroquí, fue arrestado y puesto a disposición judicial.
Unas 24 horas antes, también con Tánger como escenario, los servicios de seguridad, en cooperación con los agentes de Aduana, frustraron la incursión de otro pasador. En esta ocasión, el olfato de los perros antidroga sirvió para localizar 56 kilos de hachís a bordo de un vehículo en el puerto.
#عمليات_مكافحة_المخدرات#الكلاب_المدربة_للشرطة تنجح في إجهاض عملية لتهريب المخدرات بميناء طنجة المدينة، وتوقيف مغربي مقيم بالخارج وحجز 56 كيلوغراما من مخدر الشيرا. pic.twitter.com/qxed47JFUw
— DGSN MAROC (@DGSN_MAROC) September 18, 2019
El coche sospechoso, de matrícula española, tenía preparados dobles fondos donde almacenar la droga. El conductor, de 39 años y residente en España donde trabaja en el sector de la construcción, quedó bajo custodia policial a la espera de la apertura de una investigación.
De mayor magnitud fue el servicio desarrollado en Asilah, cerca de Tánger, donde los servicios de seguridad nacional en coordinación con la brigada de la Gendarmería Real competente, incautaron 68 grandes fardos de hachís con un peso total de dos toneladas, según precisó este miércoles en un comunicado de la Dirección General de Seguridad Nacional (DGNS).
La frustración de esta operación se enmarca en los esfuerzos de los servicios de seguridad para combatir el tráfico de drogas y de psicotrópicos.