Ceuta aún está conmocionada con la sospecha (ya confirmado este viernes) del caso de rabia detectado por la autoridades sanitarias de la Ciudad en una perra que vagaba entre San Amaro y el Chorrillo. Un pastor belga tipo Mallinois, una hembra, que carecía de chip de identificación y presentaba un aspecto “algo enfermizo”. De hecho, hoy la revista Animal's Health ha confirmado que los resultados de los análisis son positivos en esta enfermedad, cuyo último caso se diagnosticó en el verano de 2019, tras introducir un cachorro con esta enfermedad desde Marruecos, acabando acogido en la Protectora de Animales de Ceuta, esquivando todos los protocolos sanitarios.
Para María Jesús Gómez, una de las afectadas por la mordedura de esta hembra de Mallinois, los hechos se suceden en cascada desde el mediodía del pasado sábado, 9 de octubre, sin apenas darle tiempo a procesar la información.
Ese fue el día en el que, a la altura del antiguo Hospital de la Cruz Roja, un perro se acercó a ella cuando iba acompañada de algunos familiares, mostrando una actitud sospechosa y un aspecto bastante enfermizo. Se abalanzó sobre ella y, al colocar la manos de frente, en modo natural de actitud defensiva, le propinó un refilón con los dientes, provocándole la consiguiente lesión y sangrado.
Al observar un comportamiento extraño del perro, no lo dudó un instante y, como medida de profilaxis preventiva, se dirigió a la Clínica Septem, donde le limpiaron bien la herida, le administraron la antitetánica y le prescribieron un antibiótico para evitar infecciones.
Hasta ahí todo bien; tampoco quiso darle más importancia, salvo aquella que le hubiera dado cualquier persona. El asunto viene cuando, al salir del establecimiento sanitario, la casualidad, y también la fortuna, hicieron que se encontraran nuevamente con el perro, ahora en Marina Española.
Después de lo ocurrido, no dudaron un instante en dar aviso al 112 para que procedieran a recoger al can, advirtiendo que había mordido ya a un transeúnte y que parecía estar enfermo, sin sospechar que podría ser un caso probable de rabia. María Jesús y sus familiares intuían que algo no iba bien: su aspecto, su actitud algo agresiva y la gran cantidad de babas que lo acompañaban ya hacían presagiar que “algo bueno no podía ser”, afirma. “De hecho, cuando me atacó, me llenó de babas la ropa”, añade.
Su sorpresa vino cuando recibió una llamada por parte de la Policía Local, indicándole que se dirigiera con carácter urgente a las dependencias de la Consejería de Sanidad, en el antiguo Hospital Militar, para recibir un tratamiento específico, pues había sospecha de que el perro que la atacó podría ser un caso de rabia; así lo había indicado el veterinario que le prestó asistencia, que fue quien, a su vez, dio aviso a las autoridades sanitarias.
El mismo domingo, 10 de octubre, se dirigió al Hospital Universitario de Ceuta, donde le facilitaron la primera parte del tratamiento para, a partir del lunes, pasar directamente a la Consejería de Sanidad, donde le están aplicado el protocolo sanitario en estos casos: ya le han inoculado dos dosis iniciales de la vacuna antirrábica (el 9 y el 11 de octubre), estando pendiente de las otras dos, que recibirá, en principio, el 18 de octubre y el 2 de noviembre, además de 2 tratamientos de Glammaglobulina antirrábica, inyecciones intramusculares que la han dejado agotada, pero que potenciarán su inmunidad contra la rabia.
Finalmente el caso ha sido confirmado y a María Jesús aún le quedan algunas dosis más de la antirrábica y “algo más”. Tiene muy presente que serán al menos siete, nada menos, los pinchazos que recibirá. Sin embargo, no son los pinchazos lo que le preocupa; mientras estuvo en la zona de triaje del Hospital Universitario de Ceuta, supo que una señora, antes que ella, también había sido atacada por un perro a la altura de San Amaro, con lo que el domingo supone que ya eran dos las personas afectadas.
Sin embargo, ella sospecha que podrían ser más, pues el perro hizo un largo recorrido entre que fue detectado por vez primera en la barriada de San Amaro hasta la zona del Chorrillo, donde fue capturado el sábado por la empresa concesionaria encargada del servicio de recogida de animales. Un amplio trayecto en el que se estima que al menos cuatro han sido las personas que se han podido ver afectadas por la mordedura de este perro.
María Jesús siente una gran simpatía por los animales; ha tenido gatos y perros, y mostraba incluso preocupación por el estado del perro que le mordió, que finalmente ha fallecido debido a la dolencia que padecía. Hoy se ha sabido que es un caso positivo. A pesar de todo, se siente tranquila, porque sabe que está recibiendo el tratamiento adecuado y lo más importante, en los plazos recomendados.
El mismo sábado comenzó el periplo sanitario de María Jesús Gómez, el protocolo lógico de estos casos que Ceuta conserva aún en la memoria reciente tras el caso declarado en la Protectora de Animales en 2019 en el que se tuvieron que administrar vacunas a voluntarios y tratamientos específicos a varias personas que resultaron mordidas por el cachorro en el que se detectó la enfermedad. Y en ese sentido, la afectada dice estar contenta de esta rápida actuación por parte de Sanidad, aunque teme que haya más casos de mordedura que no hayan sido notificados porque las personas afectadas no hayan dado cuenta del mismo.
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