Justo una semana después de que la agente de la Policía Local de Ceuta M.M.L. ingresara en prisión eludible bajo fianza de 300.000 euros, su familia se aferra a ese pilar del Estado de Derecho llamado presunción de inocencia para denunciar que no se ha respetado.
Se preguntan precisamente dónde está cuando, sin ser aún juzgada, a esta funcionaria de la Ciudad Autónoma ya se le está condenando socialmente.
“Mi madre es una buena persona que desde que salió de prisión hace 5 años ha sufrido mucho. Ha sufrido que la metiesen en una cárcel con presas comunes en Algeciras cuando ella tenía que estar por ley en Sevilla en una prisión de funcionarios”, explica María, hija de la agente, en una entrevista mantenida con El Faro.
“Allí sufrió amenazas por parte de las presas en repetidas ocasiones, sufrió que le rajasen la cara además de tener que estar allí sin merecerlo”.
“Cuando volvió a casa después de todo esto, entró en una gran depresión que era incapaz de superar. Fue a muchos psicólogos y llegó a ingresar voluntariamente en un centro psiquiátrico debido a la desesperación que sentía al no poder superar todo esto. Mi madre ha sufrido que mientras hacía su trabajo regulando el tráfico en los colegios, niñatos con moto le dijesen delincuente y corrupta, ha sufrido ir a supermercados y ver cómo la gente le miraba y cuchicheaba a la vez”, concreta emocionada.
Que todavía, pasados 5 años, no se haya celebrado juicio se ha convertido en una auténtica losa para esta familia. Insisten en que durante todo este tiempo no ha existido ningún incumplimiento de las medidas impuestas, por lo que no entienden que ahora se haya adoptado la más gravosa como es volver a entrar en la cárcel.
“Mi madre ha tenido que aguantar ir a firmar como un delincuente más y luego seguir trabajando, algo que es contraproducente ya que nadie la toma en serio. Yo, siendo su hija, llegué a no reconocerla, a mirarla y ver a una mujer destruida y derrotada por su propia ciudad”.
Durante todo este periodo, “no ha faltado a ninguna comparecencia ante la autoridad judicial para firmar los días designados”. En el juzgado se le indicaron las medidas cautelares que tenía vigentes hasta el señalamiento del juicio, concretando que pasaban de dos firmas al mes a una y haciéndosele entrega del vehículo que le fue intervenido.
La familia insiste en la ausencia de intención de la agente de “evadirse de la justicia” haciendo hincapié en que cuando acudió a renovarse el DNI y pasaporte en la Jefatura Superior, hicieron esos trámites sin problema, es decir, sin que constara ninguna prohibición o saltara alguna alerta para advertir que no podía disponer de tal documento ni abandonar el territorio nacional.
Según la familia, lo preguntó expresamente en la Jefatura y en la frontera, pero en ambos lugares le hicieron constar que no existía ningún señalamiento que impidiera el tránsito entre ambos países.
“Acudió a la Jefatura, se renovó el DNI y se sacó el pasaporte. Preguntó en la frontera con su pasaporte y no le pusieron ningún inconveniente para entrar en el país”, lugar al que estuvo acudiendo con frecuencia desde 2023 para realizar trámites en consulados en Marruecos al ejercer como abogada en materia de Extranjería, entrando y saliendo sin traba alguna hasta el día de su arresto, el pasado 8 de abril a primera hora de la mañana.
"Me duele el corazón tener que verla de nuevo en prisión y seguro que el que la conozca igual"
Hasta esa fecha nunca se le hizo constar policialmente la imposibilidad de cruzar por Tarajal ni el sistema reaccionó de alguna manera advirtiendo de que se incumplía una medida.
“Había conseguido ir mejorando y decidió retomar la carrera que se sacó cuando nosotros éramos pequeños y comenzó a trabajar de abogada donde consiguió ayudar a gente para así sentirse agradecida y no juzgada. Entraba a dicho país para ir a los consulados oficiales donde hacía su trabajo. Me duele el corazón tener que verla de nuevo en prisión y seguro que el que la conozca igual, porque es una mujer luchadora y trabajadora que ha sufrido mucho”, explica María.
“Se han focalizado con ella de una manera exagerada, no paran de decir que está con su marido cuando llevan más de 10 años divorciados. No sabemos qué más tienen que hacer para que dejen de afirmar esto, parece que hasta que no existe violencia no acaba un matrimonio”, denuncia.
La familia insiste en que esos viajes continuados a Marruecos fueron por trabajo y aclaran que la relación que la pareja mantuvo en su día está rota, es decir, no existiría ninguna relación entre ambos.
"Solo os pido que sintieseis por un momento lo que ella pudo sufrir al ver cómo se llevaban a su hijo solo"
“Por si fuese poco cuando la detuvieron en la frontera la separaron de mi hermano menor montándola a ella en un vehículo oficial y a mi hermano en otro, cuando no es legal montar a un menor en un coche oficial con agentes vestidos de uniforme. Solo os pido que sintieseis por un momento lo que ella pudo sufrir al ver cómo se llevaban a su hijo solo”, explica. El menor tiene 11 años y en el momento del arresto regresaba de Marruecos con su madre.
Tras su detención M.M.L. fue puesta a disposición del juzgado por la presunta comisión de un delito de quebrantamiento de medida cautelar que tiene que ser juzgado en el ámbito Penal.
Al día siguiente se celebró en la Audiencia una comparecencia relacionada con el procedimiento que en origen se sigue contra ella por otra causa, dictándose prisión eludible bajo fianza de 300.000 euros.
“Hace 5 años le impusieron una fianza por un supuesto delito de blanqueo de capitales de 30.000 euros y ahora le ponen una de 300.000”, denuncia. La familia lamenta que la decisión judicial acordada supere con creces las fianzas impuestas en casos tan mediáticos a nivel nacional como los relacionados con ‘Los Castaña’.
“Se aferran a que existe riesgo de fuga cuando mi madre todas las veces que ha salido a Marruecos para trabajar ha vuelto a Ceuta, si no fuese poco esta justificación ha ido a trabajar todos los días a la comisaría al igual que ha llevado a su hijo al colegio. Que me explique alguien: si esta mujer hubiera querido fugarse, ¿no lo habría hecho ya?”, se pregunta.
Tras haber conseguido la suma de fianza solicitada al reunir propiedades de familiares y amigos, se les ha trasladado que los trámites para validar ese montante son lentos y “pueden tardar uno o dos meses más” en ser efectivos, explican.
“Aún así sigue en prisión por lo que la situación no puede ser más injusta”, lamenta. La familia insiste en la plena confianza que tienen todos los que han colaborado en reunir el valor de ese montante económico en que la protagonista de esta historia no quiere fugarse.
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