Dos horas y media a pleno sol. Es el tiempo que muchas familias de Ceuta, así como aquellas que en estos días cruzan el Estrecho con la mirada puesta en cruzar al país vecino, han tenido que soportar esta tarde, desde antes de las tres, en los carriles de espera del Puerto de Algeciras. Algunos se han comunicado con El Faro para denunciar públicamente la situación. “Nosotros estamos metidos en el coche, con el aire acondicionado, y aún así es insoportable”, relataban unos de ellos, “a nuestro lado vemos familias con la imagen que ya todos conocemos, con niños pequeños por el suelo, algunos que apenas andan, personas mayores agotadas tras el largo viaje…”.
Una vez más se repite la misma palabra en boca de todos: inhumano. Cuentan que, según las indicaciones dadas a nivel oficial, las familias han acudido una hora antes (el barco era a las 16.00 horas, aunque han terminado embarcando a las 17.30 horas) y, sin demasiado problema, han pasado hacia el carril de residentes. Pero, ¿qué ha pasado una vez allí? Nada. Una larga espera de dos horas y media a pleno sol. “Y digo yo, ¿es tan difícil habilitar una zona de sombra?”, se preguntan, “se entiende que hoy no es un día normal, que hay mucha gente, pero, ¿cómo puede ser que no se prevea algo tan básico como sombra y agua?”.
Lo que se reclama no es, ni más ni menos, que lo mismo que humanitariamente se pedía hace semanas en el embolsamiento de Loma Colmenar para aquellos viajeros que soportan largas esperas antes de cruzar el Tarajal. “Se trata de actuaciones lógicas, ¿no? Sabiendo cuál es el problema a mí me admira y me enorgullece cuando veo que en Ceuta las organizaciones colaboran, que va el Banco de Alimentos o cualquier otra organización a asistir a esas familias, porque estar en esta situación no es agradable para nadie… pero sinceramente aquí en Algeciras nadie se preocupa por nada, una vez pasas a tu carril ni sombra, ni agua, ni información”, lamentan.
Denuncias públicas que se hacen cuando, parece que ahora sí, el barco ha llegado. Entonces empieza el nerviosismo, la gente se empieza a colar y las bocinas empiezan a sonar. Porque una situación así, lo único que genera, es malestar y estrés. ¿Por qué no tratar de evitarlo en la medida de lo posible?
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