Justo en la casa de enfrente de la mezquita de Abu Bakr, en Hadú, aquel septiembre de 1960 nació y vivió hasta que se casó Habiba Hamido Dahaman, aunque después se mudó a otra casa cerca en la misma barriada. Una gran mujer que ha estado siempre junto a su marido e hijos, toda su vida. Conocida por todos en el barrio como ‘Habiba de Zaina’. Una persona luchadora, que así lo ha demostrado hasta el último momento,
aunque no haya podido ganarle esta batalla al maldito COVID-19.
El centro de la vida familiar de los Mohamed Hamido, esa era Habibas. Una mujer siempre “dispuesta a todo” y disponible para todos. Ahora, su marido, sus dos hijos y su nieta, por la que “se desvivía”, se sienten “huérfanos”. Pero ese sentimiento lo comparten muchos vecinos de Hadú. Dejó huella en mucha gente, no solo en su familia y eran muchos los que la querían y ahora echan de menos. “Los vecinos ni se lo creen aún”, cuenta su hija Sumaya.
No le tocaba irse tan pronto. Pero tras mes y medio ingresada, el pasado 27 de febrero a las 9.30 horas, a sus 60 años, dejó este mundo de la mano de sus hijos. “Estuvimos con ella, cogiéndola de una mano mi hermano y de la otra yo, y dándole un último adiós, pero se nos fue”, se rompe Sumaya.
Sus hijos jamás imaginaron que su madre se iba a ir así. Ahora se les hace difícil y extraño no verla. “Desde que empezó la pandemia ella y mi padre se vinieron a mi casa. A ella le gustaba ir al centro a desayunar, pero ya no salía a nada. No sabemos cómo se ha contagiado porque si a caso tenía que salir se ponía doble mascarilla y desinfectaba hasta los botones del ascensor. Pero la pesadilla comenzó el 11 de enero sobre las doce de la noche”, explicaba como podía y “con el corazón en un puño”.
Habiba llevaba desde el día 8 de enero mal y eso tenía “muy preocupada” a Sumaya, quien el día 11 ya la convenció para ir a
Urgencias del HUCE. “Ella no tenía nada de síntomas, solo un cansancio extremo y le comenzaba a faltar el aire. Los chicos de la ambulancia me dijeron que mi madre estaba bien, que no me preocupara y me fuera tranquila para casa que en un rato me la llevaban. Pero, a la hora salieron y me dijeron que había dado positivo y después, sobre las cuatro de la mañana, salió el médico para decirme que la mandaban directamente a UCI de COVID”, recuerda.
Desde ese día, toda la familia tenía que estar confinada. “Todos dimos negativo, menos mi hija que sí que dio positivo porque la ha cuidado ella y se desvivía por mi niña. Pero al cuarto día ya no era positivo mi madre, se comprende que lo pasó casi más tiempo en la casa, y la trasladaron a UCI normal”.
“Estuvimos con ella, cogiéndola de una mano mi hermano y de la otra yo”
Una mujer dulce e inocente que siempre quería agradar a todos y generosa de corazón que casi le gana la partida al
virus. “El viernes 19 de febrero le quitaron la respiración asistida y los médicos estaban super-contentos y deseando llevarla a planta. Pero el martes se puso muy mal porque había cogido una infección, una neumonía como consecuencia del COVID. Salen tan débiles de ahí que no lo aguantó”, lamenta Sumaya.
Pero su recuerdo no se esfuma. “Mi madre como todas las madres se desvivía por su familia, por sus hijos y por su nieta, pero se preocupaba por todo el mundo. Todos han sentido su muerte. Era una mujer ejemplar. Pero de verla bien a esta bofetada que nos ha dado la vida, pero por lo menos hemos podido estar con ella todos los días, menos los diez de aislamiento que tuvimos”.
Una familia que ahora está rota, pero que aún así siempre tendrá fuerzas para agradecer a los sanitarios. “Aunque mi madre haya perdido la batalla, ellos han estado hasta el último día haciendo todo lo posible. Se han portado con ella de una manera ejemplar. Todos los comentarios negativos de la gente son mentira. Se desviven por los pacientes, los animan y los cuidan. Cuando mi madre falleció, lloraron con nosotros ese día. No es que sea su trabajo, es que lo hacen de corazón”, se emocionaba Sumaya, que agradecía también a sus compañeros del Colegio de Abogados el apoyo que ha recibido porque “gracias a ellos no he faltado ni un día los partes médicos ni la he dejado ni un día sola”.