El Servicio Marítimo de la Guardia Civil ha rescatado con vida esta madrugada a nueve varones marroquíes, dos de ellos menores, que habían partido en dirección a la Península en una embarcación de reducidas dimensiones. La noche, marcada por el frío, la lluvia y un mar complicado, ha podido convertir este rescate en una tragedia. Los componentes de la Unidad Marítima del Instituto Armado han tenido un servicio difícil que, afortunadamente, se ha saldado con la recuperación de los inmigrantes.
No llevaban chalecos salvavidas, marchaban hacinados en una vieja neumática pintada y dotada con motor que fue arrojado al agua. En esas condiciones era prácticamente imposible que pudieran cruzar el Estrecho, mucho menos con el mal tiempo. Se habían arrojado a una travesía que podía haber terminado con sus vidas. Que fueran detectados precisamente por la Guardia Civil evitó un mal mayor.
En la embarcación, que ha quedado intervenida por el Servicio Marítimo para su posterior inspección por parte de la Policía Judicial, llevaban algunas garrafas de agua y un remo para facilitar la navegación. Habían partido de la zona conocida como ‘las cochineras’ pretendiendo un traslado al límite. Ni habían guardado las mínimas medidas de seguridad ni podían, en esas condiciones, llegar a la Península toda vez que no disponían de medios para ello.
Los agentes del Instituto Armado han procedido al traslado de todos a bordo de su patrullera. En torno a las 5:00 horas han llegado al puerto deportivo, en donde uno a uno han ido desembarcando los nueve varones. Empapados y asustados, han sido atendidos por los agentes antes de su filiación y entrega a cargo de la Policía Nacional, Cuerpo encargado de los trámites posteriores para su devolución a Marruecos.
Es el destino que les espera a todos ellos: el regreso a su país después de haber arriesgado todo, después de haber expuesto sus vidas en una noche complicada, en la que el temporal hacía inviable una travesía en estas condiciones. En los rostros de los agentes de la Guardia Civil se palpaba la preocupación de lo que podría haber sucedido de no haberse llevado a cabo un rescate rápido. En esas condiciones, cruzar al otro lado, era algo así como un reto imposible. Y lo era en una noche de más alertas migratorias para la Benemérita.
La inmigración marroquí lleva meses marcando la tónica de los rescates llevados a cabo en el mar por la Benemérita. Los jóvenes buscan escapar de Marruecos y lo hacen en condiciones pésimas. En frágiles embarcaciones, como ha ocurrido esta madrugada, o bordeando los espigones a nado. Llevan al extremo sus vidas y todo por un único fin: escapar como sea.