La Guardia Civil ha trasladado el cadáver de otra persona encontrada en el mar, en la bahía sur de Ceuta, hasta el puerto deportivo. Los agentes del Instituto Armado han recibido el aviso de la presencia del cuerpo sin vida por parte de
los socorristas de Marsave, que estaban realizando labores de vigilancia en este punto de la costa en torno a las 20:00 horas. Es el segundo cuerpo sin vida encontrado esta semana, después de que el pasado miércoles se recuperara el
del joven marroquí Youssef Horous en las proximidades de Benítez. Tras su traslado al puerto deportivo, en donde tiene base el Servicio Marítimo, se procedió a la activación de los protocolos en caso de hallazgos de cadáveres de esta forma, personándose en el lugar el profesional médico forense para proceder a su examen y reconocimiento antes del levantamiento del cuerpo, que estaba en estado de descomposición, y posterior traslado a la sala de autopsias, labor realizada por parte de la Funeraria Al-Qadar.
Personal de Policía Judicial abrirá ahora la oportuna investigación tendente a tratar de identificar el cuerpo y comprobar, por ejemplo, si se corresponde con el de alguno de los desaparecidos que son buscados por sus familias tras cruzar los espigones a nado o a bordo de pequeñas embarcaciones. Entre las pertenencias se encontraba un móvil -guardado en un plástico- con el que también se tratará de averiguar más detalles sobre su identidad.
El drama de la frontera sur que debe visibilizarse
Lo que está pasando es una auténtica tragedia. Se está ante uno de los periodos de mayor presión traducida posteriormente en muertes, protagonizadas sobre todo por magrebíes que intentan cruzar a Ceuta por los espigones fronterizos. Es un drama que parece lamentarse en silencio, pero que existe y sobre el que hay que poner el foco de atención debido.
Habrá que esperar el resultado de la autopsia para conocer las causas de la muerte de este varón. Precisamente este viernes se ha arreglado la avería que se había detectado el pasado sábado en la nevera con capacidad de dos cuerpos donde se guardan los cadáveres. Esto permitirá que no se tenga que acelerar el entierro y que pueda intentarse una identificación antes del último adiós.