Dos embarcaciones distintas del Servicio Marítimo de la Guardia Civil de Ceuta, agentes a pie de tierra e incluso un helicóptero del Cuerpo. El temor a que sigan apareciendo cadáveres en el mar, después del hallazgo de dos cuerpos sin vida en solo 24 horas, llevó a movilizar a distintas unidades del Instituto Armado ante la presencia de un bulto sospechoso flotando en la playa de Benítez. Decenas de curiosos se apostaban en el paseo mirando los trabajos que de manera gradual llevaban a cabo los agentes. Y todo para que al final… se supiera qué era eso que estaba flotando: una bolsa de basura. El incivismo de quien la arrojó al mar ha llevado a esta situación que, al menos, tiene algo de positivo: no hay que lamentar el hallazgo de otra persona sin vida.
El aviso ha tenido lugar pasadas las once y cuarto de la mañana de este lunes, cuando se apreciaba la presencia de un bulto oscuro que parecía mostrar parte del cuerpo de una persona. De inmediato se dio aviso a la Guardia Civil, movilizándose las patrullas terrestres y, de manera inicial, un helicóptero que, desde el aire, observaba ese bulto.
Después llegaría, o mejor dicho, lo intentaba, una patrullera del Servicio Marítimo a la que le fue imposible acercarse hasta donde estaba el objeto de sospecha. Se relevó a la unidad por otra que sí podía acceder sin problemas hasta el lugar y cuya tripulación sacó de dudas a todos los que estaban siendo testigos del operativo. Al sacar el bulto se apreció, primero, que era una bolsa que se rompió en el intento de subirla a la embarcación, soltando la basura que guardaba en su interior.
Las unidades, también habían acudido agentes de la Policía Nacional, así como los curiosos y vecinos del lugar se marcharon porque, como dijo uno, “ya ha terminado la película”. Eso sí, lo bueno de todo esto es que no hay otra tragedia migratoria que lamentar. Y la lección es la que ya se tendría que tener más que aprendida: la basura… al contenedor. Lo que mal empieza, mal acaba y el incívico que la arrojó al mar ha provocado todo esto. Había, eso sí, que comprobar qué era lo que se veía desde tierra como así se procedió a hacer.