La
Guardia Civil mantiene abierta la investigación para intentar dar con los implicados en la
quema provocada que terminó por calcinar alrededor de 20
embarcaciones, bien en su totalidad o bien parcialmente, depositadas en el muelle de Poniente, en Ceuta. Bomberos tuvo que sofocar las llamas, acto que evitó la extensión de las mismas, lo que hubiera provocado males mayores. En el caso de algunas de estas lanchas llevaban más de dos años intervenidas, aún así no estaban ni destruidas ni habían sido trasladadas a un depósito en condiciones, protegidas y sin exposición a posibles incidencias como la sucedida el pasado jueves. Otras están inmersas en procedimientos judiciales que todavía no han finalizado, por lo tanto no se ha resuelto siquiera sobre su posible devolución a sus propietarios.
Es labor de la Policía Judicial ir tras alguna pista que conduzca a la autoría de este incendio, en el que todas las hipótesis en cuanto a posibles implicaciones están abiertas.
Las embarcaciones depositadas en el muelle de Poniente fueron trasladadas desde el puerto deportivo, en donde se había permitido la acumulación de todo tipo de bienes hasta el punto de imposibilitar las maniobras que, en su base, debía llevar a cabo el Servicio Marítimo.
Tras varias denuncias y presiones, se procedió a su traslado al muelle de Poniente, en donde llevan tiempo almacenadas junto a vehículos como coches o camiones que también han sido incendiados en otras épocas.
El SEIS tuvo que movilizar a todos sus efectivos de servicio para controlar este incendio, generándose una humareda que era apreciable desde distintos puntos de la ciudad.
Una gran columna de humo
La gran columna de humo que generó el incendio fue apreciable desde distintos puntos de Ceuta y causó alarma entre la ciudadanía. Además, la Autoridad Portuaria se vio obligada a adoptar medidas de seguridad en toda la zona portuaria para luchar contra episodios que además de causar incidencias entre la ciudadanía generan problemas medioambientales.