Las alarmas han vuelto a activarse en el perímetro fronterizo, en el tramo de
Benzú, después de que tres inmigrantes –de un grupo mayor– hayan intentado saltar la nueva
valla que separa Ceuta y
Marruecos. Las patrullas del Instituto Armado se han desplazado hasta ese punto del vallado para asegurar la zona y disuadir de cualquier otra tentativa de acceder a la ciudad autónoma trepando el sistema de peines invertidos que corona el vallado. Finalmente ha actuado Marruecos, con lo cual los agentes de la Benemérita no han tenido que intervenir, y solo actuaron con carácter disuasorio. Los efectivos de la Benemérita se han desplegado en el lado español de la valla con una finalidad preventiva y evitar así nuevas pretensiones. El dispositivo ha distado mucho de aquel desarrollado en el último intento multitudinario de mediados de abril. En aquella ocasión,
fueron 150 las personas que formaron el grupo, de los cuales solo 60 lograron acercarse. Fue la primera incursión masiva desde la instalación de los peines invertidos. El goteo de subsaharianos que pretenden superar la nueva valla que separa ambos países es constante. Aunque existen casos que traspasan la ‘fortificación’ con éxito, también son muchos que ven sus esfuerzos frustrados, como es el caso de estos tres subsaharianos en Benzú.
Otros tres sí lo lograron entre el sábado y ayer lunes
Quienes sí consiguieron traspasar el blindaje entre Ceuta y Marruecos fueron tres subsaharianos que, entre el sábado pasado por la noche y ayer lunes por la mañana,
lo coronaron y vieron cumplido su propósito. Tras su estancia en la nave del Tarajal donde guardan cuarentena los extranjeros que cruzan a la ciudad autónoma, son alojados en los centros para inmigrantes. Según los últimos informes del Ministerio del Interior, el mayor volumen de entradas por Ceuta se registra por vía marítima, en concreto, marroquíes que intentan alcanzar costas españolas a nado. Los saltos a la valla han descendido considerablemente a lo largo de 2020 y hasta la actualidad.