Ordenan a un coche fúnebre con un cadáver a ir a la zona de embolsamiento

Hay historias tan rocambolescas que parece que nunca pueden llegar a suceder. A una de ellas se enfrentó ayer la Funeraria Al Qadr Culturas cuando trasladaba el cadáver de un marroquí fallecido en Ceuta hasta Marruecos, cumpliendo así con un trámite solicitado por los familiares y que siempre se ha desarrollado con el respeto merecido hacia este tipo de servicios considerados especiales. Tanto es así que Marruecos dispone de un carril que siempre mantiene libre (y si no lo está lo libera) para que el coche fúnebre no quede atrapado en las colas. La propia Guardia Civil ha gestionado históricamente su llegada rápida al Tarajal en las épocas en las que la N352 quedaba completamente colapsada.

Pero esa facilidad sustentada en el entendimiento del servicio que se lleva a cabo y en el respeto se rompió ayer cuando los trabajadores de esta Funeraria terminaron siendo multados por un guardia civil hasta en dos ocasiones, obligados a acudir a la zona de embolsamiento con el cadáver cargado en el coche y terminaron cruzando a Marruecos algo más de una hora después de lo previsto inicialmente, mientras la familia del fallecido esperaba al otro lado de la frontera sin encontrar explicación.

Tal y como han detallado los afectados, el incidente comenzó cuando un guardia civil le ordenó a la Funeraria que acudiera a la zona de embolsamiento a recoger el ticket. Los responsables de la misma le explicaron que estaban llevando a cabo el traslado de un cadáver a Marruecos y que la familia esperaba al otro lado para su entierro, tratándose de un servicio especial. Hasta en tres ocasiones el agente ordenó a la Funeraria que acudiera a la explanada de Loma Colmenar habilitada para residentes y porteadores pero nunca para otro tipo de vehículos, con lo cual se estaba contrariando una orden dada por la propia Delegación del Gobierno en su manera de reorganizar el caos de la frontera. “Intentábamos explicar que llevábamos un cadáver, que la familia estaba esperando, que nosotros éramos un servicio especial que siempre ha sido atendido correctamente”, explican en declaraciones a El Faro. La respuesta fue una denuncia por “obstrucción en la vía”, argumentando que habían causado “perjuicios y molestias innecesarias” al no seguir el camino que el agente le ordenaba: ir al embolsamiento.

Dos multas

El vehículo de la Funeraria, con el cuerpo del fallecido dentro, se había colocado al margen derecho para no molestar, mientras se le expedía la primera de las multas. “No obstaculizamos nada, solo intentábamos explicarle qué pasaba”. Faltaba por llegar la segunda sanción: esta por una falta de respeto a la autoridad, que llegó cuando desde la Funeraria le indicó que lo que estaba haciendo no era correcto. “Le dije que su conciencia no podía estar tranquila”, argumenta su responsable, expresión que el agente tomó como “una amenaza”, plasmando además por escrito en la segunda de las multas que desde la Funeraria “estaban vociferando” a la autoridad, algo que niegan rotundamente. “Es falso”.

Con dos multas, la familia del fallecido esperando y el cuerpo aún en el coche esta historia no terminaba aquí. El vehículo fúnebre tuvo que subir hacia la zona de embolsamiento, en donde un agente de la Policía Local, sorprendido al verlo, les indicó que pasaran de largo, que ahí no tenían que acudir. “Volvimos a bajar y nos volvió a parar el mismo agente. De nuevo tuvimos que subir otra vez a recoger uno de los ticket”, aclara la Funeraria.

Llegados a la frontera se toparon con un indicativo de Amgevicesa que, para completar esta indignante situación, les indicó, sorprendido al ver el pase, que ellos no lo necesitaban. Algo más de una hora después el cuerpo pudo ser entregado a su familia, emprendiendo ruta para su descanso final. En Marruecos se facilitó la salida del coche fúnebre sin problemas. Como guinda, en la frontera se encontraba una grúa que había acudido para recoger un vehículo averiado y a la que ninguna autoridad obligó a pasar por la zona de embolsamiento.

Nunca antes se había producido una situación de este calado, más bien al contrario: “Cuando había las colas la propia Guardia Civil nos abría el carril de sentido contrario, cortaba la circulación a un lado y otro para que pudiéramos pasar”, lamenta la Funeraria, dolida por este trato.

El Instituto Armado ha evitado hacer una valoración oficial de estos hechos.