La
Guardia Civil ha detenido al patrón de una embarcación cabinada que pretendía llevar a cabo un pase de seis inmigrantes marroquíes desde Ceuta a la Península. Su travesía ha sido abortada por el Servicio Marítimo, que ha procedido al arresto del pasador, un vecino del sur peninsular, así como al decomiso de la embarcación, de color azul y de las que suelen emplearse para prácticas de recreo. Seis inmigrantes marroquíes la ocupaban, tenían como destino las costas de la Península pero la detección del pase por parte del Instituto Armado ha evitado que se pudiera perpetrar el delito. Los seis han sido reconocidos por el ERIE de
Cruz Roja, encargados de verificar su estado de salud antes de su traslado a las dependencias de la Jefatura Superior para su filiación y posterior entrega a
Marruecos. Se repite el modus operandi que ha prevalecido este verano: todas las embarcaciones interceptadas son o bien de las usadas para deportes náuticos o bien semirrígidas, las que antes se empleaban para el tráfico de estupefacientes y que ahora se están desviando para el de personas. Es el negocio redondo para quienes viven de lo que no es más que comercio puro y duro de seres humanos.
Marroquíes: penurias y fuga de la ‘mili’
Los marroquíes son los que han protagonizado las salidas. Son jóvenes que huyen de Marruecos por varias causas, entre ellas el cumplimiento del servicio militar. En este caso quienes ocupaban la embarcación son seis jóvenes, todos del vecino país, que pretendían una travesía que ha quedado frustrada. Los agentes del Servicio Marítimo han sido los encargados de proceder al traslado de toda la expedición hasta el puerto deportivo, así como el piloto, que ha quedado detenido por un presunto delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, del que deberá responder en las próximas horas ante el juzgado de guardia, encargado de dictaminar su entrada inmediata en prisión o la libertad bajo fianza. La vida de los protagonistas de estos pases, la vida de quienes se arriesgan en travesías de este tipo, vuelve al punto de retorno, a Marruecos. Es la frustración de quienes pusieron todo su empeño en escaparse y al final han tenido que volver hipotecados por un viaje en el que han perdido todo.