La crueldad mostrada por los pilotos de
motos de agua que se están dedicando al
tráfico de inmigrantes no tiene límites. Así lo ha demostrado un individuo que ha podido ser detenido por el Servicio Marítimo de la
Guardia Civil de Ceuta este mismo lunes después de arrojar a un joven
marroquí al agua para, de esta manera, intentar escapar de los agentes. No lo ha conseguido. Ha terminado arrestado en plena fuga y el inmigrante ha sido rescatado por los agentes de servicio. Los componentes del Instituto Armado habían detectado las maniobras sospechosas de un varón a bordo de una moto de agua, activándose a las distintas unidades ante lo que se evidenciaba como un pase de inmigrantes desde las costas locales a la Península. Las sospechas tenían fundamento, tras hacer un seguimiento en el que se contó con la colaboración del helicóptero, el piloto intentó la escapada a dos millas de Ceuta. La Benemérita pidió apoyo a
Salvamento Marítimo para dar con el sospechoso, contando con el aviso de la tripulación de uno de los barcos de Balearia, que en ese momento se encontraba cubriendo la ruta del Estrecho, y señaló el punto exacto en donde se encontraba la embarcación.
Inmigrante a salvo y malas artes de los pasadores
Los agentes pudieron detener al piloto y poner a salvo al inmigrante. Ambos han sido trasladados a la base del Servicio Marítimo, el primero en calidad de detenido por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros. No dudó en arrojar al joven al agua. Este, temblando, intentaba ser consolado por los agentes.
Los que trafican con personas no dudan en adoptar maniobras peligrosas con tal de escapar o en arrojar a los propios sin papeles que consideran pura carga. La Policía está de hecho tras la pista de otros pasadores que este domingo no dudaron en causar lesiones graves a un marroquí que tuvo que ingresar en el hospital tras sufrir un corte importante en uno de sus pies al rozarse con la hélice. Son vario los casos de heridos por las malas prácticas de quienes cobran más de 3.000 euros por un traslado irregular y, si se ven con temor a su arresto, no dudan en jugar con la vida de quienes son sus víctimas.