Desde que se decretara el
estado de alarma y se limitaran las salidas a la calle, salvo en contadas excepciones, han pasado más de 15 días. Concretamente, 19 días y sus 18 noches, con todas sus horas y minutos. La
cuarentena cada día se hace más pesada y ya no sabemos ni en el día que vivimos. Muchos son los que miran el calendario preocupados y sin saber bien cuándo llegará ese día soñado en el que todo esto acabará y harán todo aquello que ahora les gustaría poder hacer. Una libertad arrebatada que ahora valoramos más que nunca.
La ciudadanía ha aceptado a regañadientes esta medida y la gran mayoría de las personas en España, y también en nuestra ciudad, intentan salir lo mínimo posible de sus casas. Si lo hacen es para ir a trabajar, comprar comida o medicamentos o pasear al perro, siempre equipados con guantes y mascarillas para evitar los contagios. Por eso, como a Ceuta tardó más en llegar el coronavirus, también ha tardado más en extenderse esta práctica incívica.
Además, es habitual que cuando acudimos al supermercado y tiendas de alimentación si no llevamos nuestros guantes se nos faciliten a la entrada unos de usar y tirar para no contaminar los productos que nos llevamos en la cesta de la compra. Estos guantes son desechables sí, pero en los últimos días algunos ceutíes se han visto sorprendidos con algunos de estos guantes tirados en la vía pública, justamente en los alrededores de los supermercados.
El gobierno central publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) una serie de instrucciones sobre la gestión de residuos en la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19. En estas se recuerda que los guantes de látex o nitrilo “no deben depositarse en el contenedor de envases (amarillo), sino en el de resto (gris)”. Pero, a pesar de las instrucciones parece que este comportamiento incívico y peligroso está presente en todo el país.
Guantes usados y tirados en varias zonas comerciales de Ceuta. “Son guantes de clientes que los usan y en vez de tirarlos a la basura los tiran al suelo”, explicó Regina López, una vecina de 32 años que el pasado martes, 31 de marzo, fue a comprar con su coche “para hacer una compra grande que suelo hacer cada diez días” y al bajarse “pisé algo y no sabía qué era, no podía creérmelo”.
“Abandonar un guante o también una mascarilla usada en la vía pública es un comportamiento incívico pero también puede suponer un riesgo de contagio”, continuó la ceutí, que confesó que se cogió “un buen rebote” porque “en mi casa se recicla todo” y como tiene una niña pequeña y su marido es militar están tomando todo tipo de precauciones y desinfectando todo para evitar contagiarse.
Por ello, “se lo comenté a uno de los trabajadores que estaba allí en el parking y me dijo que no era la primera vez ni la última, que se encontraba muchos guantes tirados todos los días”, continuó, tras lo que apeló al civismo de todos los ceutíes para que depositen estos objetos en una papelera o se tiren a la basura en casa, pero no al suelo pues "además de contaminar, están poniendo en peligro a los demás, sobre todo a los trabajadores que tienen que recogerlos”. También, se está echando por tierra una buena parte del trabajo de limpieza y desinfección diaria que realizan los servicios municipales.
Además, sus amigos y familiares le han comentado “que no es solo en ese supermercado sino que hay guantes tirados en otras zonas” de la ciudad, como en los próximos al puerto.
En este sentido, otro ceutí denunció que además de en el aparcamiento, también encontró guantes tirados dentro de los carros de la compra en varios supermercados puesto que “la gente no se digna a tirarlos en las papeleras”. “También cuando voy a pasear a mi perro me he encontrado guantes tirados en el suelo por la calle”, prosiguió.
Otro vecino con el que también pudo hablar El Faro comentó que “así están muchas zonas de la ciudad” como en las inmediaciones del derruido cuartel de Las Heras ya que “la gente aparte de guarra es muy desconsiderada” y que “por falta de papeleras precisamente no es”. Por otra parte, criticó que “tras más de diez días sin ir a hacer la compra había gente comprando con solo dos o tres cosas”, por lo que “demuestran que además son muy poco solidarias”.
Por desgracia este comportamiento se repite en muchos países de todo el mundo. ¿No será que el virus somos también nosotros?