El Movimiento Alternativo Marroquí de Libertades Individuales (MALI) conmemoró este sábado su décimo aniversario con un evento en el que los asistentes pudieron hacerse un tatuaje gratis con una de las 6.773 letras de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
El evento, que tuvo lugar en un espacio privado en la ciudad de Rabat, fue realizado en cooperación con dos grupos holandeses promotores de este proyecto, que se ha realizado hasta ahora en varios países: el colectivo de artes visuales Tilburg CowBoys y Festival Mundial.
"Estamos muy contentos de estar aquí, porque como movimiento universalista defendemos los derechos humanos universales, y tatuar una letra de la Declaración Universal de Derechos Humanos significa mucho en nuestra lucha", dijo a Efe la cofundadora y coordinadora de MALI, Betty Lachgar.
"He elegido la letra 'f' de 'feminismo' y de 'femme' (mujer, en francés)", dijo una de las beneficiadas mientras extendía su brazo para que la tatuaran.
Las 6.773 personas que porten los caracteres de esa declaración universal se convertirán en una comunidad de "embajadores" de los derechos humanos en el mundo, según los organizadores de este proyecto.
Además, las fotos, nombres y fotos de tatuajes de las personas que participan en esta campaña mundial aparecerán en las exposiciones que celebran los organizadores del proyecto en diferentes ciudades del mundo y también en la página digital de la iniciativa.
El grupo MALI, un movimiento minoritario no autorizado de jóvenes ultralaicos, creado en 2009, opta siempre por iniciativas consideradas provocadoras en una sociedad tan tradicional como la marroquí, como romper el ayuno de Ramadán en público, besarse en la calle o promover el derecho al aborto.
El movimiento fue creado en septiembre de 2009 en las redes sociales y en aquel mes celebró su primer acto de protesta, cuando una decena de sus fundadores intentaron organizar un desayuno colectivo durante el mes del ayuno musulmán de Ramadán en un jardín en la ciudad de Mohamedia, a unos 80 kilómetros al sur de Rabat.
Esta iniciativa, que fue desarticulada poco antes de su inicio por un centenar de agentes del orden, reivindicaba la abrogación del artículo 222 del Código Penal, que castiga la inobservancia del ayuno con una pena de entre uno y seis meses de cárcel.
En octubre de 2013, el colectivo hizo una llamada a besarse en público y en grupo en el centro de Rabat en protesta por el arresto entonces de tres menores en Nador (noreste del país) por haberse besado y colgar posteriormente una fotografía de su beso en Facebook.